Apenas inicia tu díay ya estás hambriento de descansotú miserable usuario del metro.
En el gesto compungidose vislumbra tu fracasode no tener para ti sólotodo un auto.
Corres, empujas, avientaspara tener tu lugarpues a ti lo que importapor siempre es ganar.
Chingón tú te sientesel dueño del mundopor haberte ganadoun asiento en el metro.
Tú no me engañastu vida es enanasi no eres capazde dar el asientoa una anciana.
Disimulas que vienes dormidopero lo que tú tieneses el corazón bien podridopor no dar el asientoa la mujer que espera un niño.
Asiento reservadodice el anunciopero a ti te vale madresy en el vienes aplastado.
Con libro en manote sientes muy intelectualpero no eres capazde despegar el ano.A una chica guapacediste el asientopor una sonrisa de ellaestabas hambriento.
Mientras tanto en otro vagóndonde tu madre viajabaotros la empujabany a nadie, a nadie le importaba.
Mucho tacuchepero si tú no te parashay un imbécilen ese estuche.
A personas con discapacidadno te gusta mirarporque el asientono quieres soltar.
Pensando…“este asiento no dejo”miras al viejoy… ¡cómo te haces pendejo!