DIARIO DE UNA SIRENARachel BelsRomeo Ediciones488 páginasAriel 1
¡Espera un momento! ¿Princesa? ¿Valiente? ¿Acaso es un chiste? Si lo es, reconozco que tiene gracia, porque ni soy princesa, ni mucho menos valiente. Aclarado este punto, ya me puedo presentar. Me llamo Ariel, tengo veintiocho años y vivo en Tenerife; aunque en realidad soy de Fuerteventura, donde me crió mi madre sola y lo mejor que pudo, teniendo en cuenta que mi padre estaba más bien ausente.En cuanto a mi vida hay poco que contar, cuando no estoy surfeando es la música la que absorbe mi tiempo. Soy la vocalista de Cantos de sirena, el grupo que formé junto a mi mejor amigo Sebas hace ya ocho años. Él es el que mejor me conoce, incluyendo la peor parte de mí, esa que me esfuerzo por olvidar utilizando para ello el surf, la música, o en su defecto el sexo. «Evadir» es mi segundo nombre, de ahí la razón de que esté como estoy, es decir, jodida; y la causa de que la doctora Marín me animara, después de siete meses de terapia, a usar un diario con la intención de enfrentarme a todo eso que me he empeñado por relegar a un rincón de mi mente.Y por si no tuviera suficiente con esto, aparece Eric, haciendo una entrada que no podría dejar indiferente a nadie; a nadie que estuviera en ese momento, ese día y ese mes de ese año en esa playa. Tenía que haber huido antes tal y como tenía pensado, claramente lo hice demasiado tarde, después de que sus mágicos ojos verdes me encontraran, pero entonces ya no hubo vuelta atrás, y por mucho que saliera corriendo un abismo ya se había abierto bajo mis pies.CANTOS DE UNA SIRENARachel BelsRomeo Ediciones432 páginasAriel 2
Érase una vez, una princesa valiente…¿Qué hago después de que mi mejor amigo me dé un ultimátum y Eric desaparezca tras descubrir la peor parte de mí? Huir. Marcharme a Fuerteventura y comenzar una nueva vida. Nuevo hogar, nuevo trabajo, nuevos amigos. El propósito inicial de este viaje es tomar una decisión al respecto de todo lo ocurrido, aunque sin prisa, logrando en estos casi tres meses hacer incluso callar a Úrsula. Pero irme a vivir a casa de mamá tiene un hándicap, que te obliga a ver todo eso que no quieres, empujándote sí o sí de vuelta a casa (a la de verdad), porque al parecer no hago más que dar palos de ciego y mi lugar no está en esta isla.La vuelta a Tenerife no se me presenta nada fácil, pero tras una reveladora conversación con mi madre, decido que va a suponer un antes y un después y que, por primera vez, voy a empezar a hacer las cosas bien. Y, para ello, hay dos personas con las que necesito hablar: Eric, del que no he sabido nada desde que encontré ese sobre en el buzón de mi casa y Sebas, al que he ignorado intencionadamente durante estos últimos meses. Además, Cantos de sirena está a punto de disolverse y hace falta tomar una decisión al respecto. Todo esto requiere de mí que haga eso que tan poco me gusta hacer: enfrentar.Muchas cosas van a suceder, pero, probablemente, el suceso más importante de esta etapa de mi vida será un viaje que me veré obligada a hacer que, para bien o para mal, lo cambiará todo para siempre.
De Rachel Bels me leí su Trilogía Tiger Rose y me gustó mucho, lanzándome de cabeza a su más reciente publicación: la bilogía Ariel dentro de su colección Érase una vez... Princesas Valientes.Como podéis ver de un simple primer vistazo, esta entrada no sigue la estructura que habitualmente aplico a mis opiniones al calor de una historia y es que... este es probablemente el post más personal de cuántos he publicado a lo largo de los siete años en los que este rincón lleva abierto. Antes que nada quiero darle las gracias a Rachel. Gracias, muchas gracias ¿Por qué? Por haber escrito esta historia. Por haberse convertido en una de sus Princesas Valientes y haber traído un personaje que debe conocerse y una trama que debe ser contada. Sí, debe. Porque la vida es tan dura a veces que compartir eso que la hace tan cuesta arriba caldea un poco la soledad que sienten esas personas que sufren o han sufrido lo mismo.
¿Princesas valientes? Sí, la historia de Ariel tiene ese punto de cuento maravilloso que edulcora el problema real, pero yo lo he sentido como una dosis de esperanza, como un abrazo al tremendo problema que se difunde. Un cuento bonito que hace sentir y a la par reflexionar. Una bilogía inspirada en La Sirenita en la que yo hubiera mantenido los nombres de los personajes y sus papeles, y obviado las relaciones entre el clásico y esta historia que hacen explícitas los propios protagonistas en alguna ocasión. No obstante, es una versión preciosa porque su maravillosa ambientación (Tenerife, surf, música...) es totalmente propicia.Diario de una sirena y Cantos de una sirena componen esta bilogía que encierra la historia de Ariel, una chica con un trastorno alimenticio y conductas autodestructivas. Son novelas románticas con su punto erótico, sí, pero sobre todo son novelas que hablan de superación... de lucha... de la falta de amor a uno mismo... de amistad... de PERDÓN...
Y aunque pequeños aspectos de la primera entrega me han convencido menos, la lectura de estos libros ha sido maravillosa y también brutalmente emocionante. Ha sido una experiencia personal que necesitaba en este momento, un momento en el que me siento un tanto desconectada de mí misma.
¿Y por qué ha sido tan personal? Porque yo padecí un trastorno alimenticio durante mucho tiempo y una falta de autoestima y autoconfianza durante incluso más. Y cuando digo que estoy un poco desconectada de mí misma no me refiero a que haya recaído ni mucho menos (a pesar de no saber a veces a dónde voy, tengo claro a dónde no quiero volver), pero digamos que siempre habrá una voz que mantener callada o con la que aprender a dialogar. Un talón de Aquiles que proteger a lo largo de las distintas etapas de mi vida. Yo he acompañado a Ariel pero ella también me ha acompañado a mí en un autoescáner que hace mucho que no hacía y que me ha abierto los ojos a algunas cosas, me ha leído la cartilla y puesto las pilas.En Diario de una sirena, entre otras cosas, asistimos al laberinto de pensamientos por el que pasa quien padece esta enfermedad. Y tal vez a algún lector le puedan parecer repetitivos, redundantes... pero es que la realidad de este trastorno es esa: un bucle de autocastigo del que no sabes cómo salir sintiéndote muy a menudo mentalmente exhausta. He sufrido con Ariel porque he recordado y sentido mi propio sufrimiento. Con respecto a Cantos de una sirena algún lector puede sentir que la trama avanza poco para la cantidad de páginas que tiene pero... ¡tiene tanto sobre lo que pensar! En esta entrega Ariel se somete a terapia, una terapia de la que yo creo que todos podemos sacar algo, estemos o hayamos estado en la situación de Ariel o no. Y dejando un poco de lado a Ariel y su problemática tan concreta. No puedo obviar a Eric. El príncipe de este cuento tendrá sus propios fantasmas que, aunque no le lleven a la autodestrucción como a su querida sirena, no le dejan vivir con plenitud. Una historia personal que también me ha gustado.En definitiva, fiel a su estilo desenfadado y fresco Rachel me ha hecho sufrir y puntualmente reír. Me ha robado horas de sueño, me ha pellizcado el corazón y lo ha hecho latir más fuerte en algunas ocasiones.
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