Bueno, ¿qué? ¿qué tal ha ido la Navidad?Espero que vuestra armonía familiar siga intacta después de la cena (la mía bien, gracias), porque estos días he estado leyendo en algunos blogs a los que sigo, verdaderas tragedias griegas en relación a la reunión familiar a la que han asistido el administrador o alguno de los amigos que dejan comentarios.Uno que piensa que la Navidad es esa fecha ñoña que te coge así como tierno y con ganas de abracitos, pero resulta que al parecer, algo debe tener la luz de las velas o el humerío de los petardos que los dichosos niños no paran de tirar con saña, que hace que la gente afile los cuchillos y utilice la cena del 24 para poner en su sitio a la suegra o pararle los pies, de una vez por todas, al primo del primo, al que por error alguien sentó a tu lado.Pues, chicos, aprovechad el interludio porque ya está aquí la fiesta de fin de año y esa es peor. Ahí no sólo hay cena y charla de sobremesa, ahí está el del gorrito que quiere por fuerza parecer simpático y el de la música machacona que te obliga, sí o sí, a meterte en la fila de la conga.Yo os aconsejo que vayáis preparando la mente: respiraciones prolongadas, algo de meditación y sobre todo, y esto ya no es broma, que entréis en el nuevo año con muchas ganas de pasar un buen rato. Por cierto, no os olvidéis de cerrar los ojos y pedir un deseo. A veces, algunas veces, los duendes andan cerca y se sienten dispuestos a cumplirlos.Muchos besos a todos.
