Revista Literatura

Camastros azul-noche

Publicado el 30 julio 2011 por Nidael Dore
Camastros azul-nocheCamastros azul-nocheEl corazón de Irma se contrajo apretado por un puño, cuando el buque soltó su estridente sirena despidiéndose del puerto. De pie en la explanada de la dársena se mantuvo  pasiva frente a un grupo de gaviotas que volando a su alrededor, tejían en el aire, con las hebras de sus suspiros, nidos de tristeza;  mientras las olas, bajo sus pies, lamían el cemento gris del malecón, en un rendido tributo para su llanto.Esperó a que el navío se perdiera, borroneado al horizonte, entre la blanca bruma marina. Para, entonces, secarse las lágrimas y girar sobre sus pasos, regresando a otra más de sus inquietantes esperas.Sabía que:Una en una, caerían en su otoño las hojas de los almanaques durante el transcurso de los próximos meses…La rutinaria soledad le echaría pesados echarpes sobre el cuello para hacerle más insoportable su espera…Durante todo ese tiempo…Cada barco que recale. Cada pitido en el aire. Cada enlace de sogas… Sería una mentira… Una ilusión… Una quimera. Cuantos viajes sumaban con este… ¿Cinco? ¿Seis? No estaba segura. Era como si su mente tuviera la disposición de borrar aquellos recuerdos que no le agradaban. Pero esta vez era distinto. Esta vez, ella guardaba de él una promesa apretada entre sus manos como el rosario de una feligresa fiel arrodillada frente a la esperanza.  Una promesa que le hablaba de un vivir juntos, de calores hogareños y de risas en familia. Y algo más los latidos de un hijo gestandose en sus entrañas. El solo pensar en ello le hacía sonreír.Y pasaban los meses…Cada día, por las tardes Irma se entregaba a las voces agoreras que le hablaban de montones de promesas marineras incumplidas,  pisoteadas y añicadas entre el musgo avejentado de los adoquines en los muelles. Que le contaban de viajes con partidas que jamás emprendieron la vuelta, convirtiendo en hilachas los  pañuelos agitados en aquellas despedidas. Y la sospecha de otros puertos, en distantes continentes con atardeceres sonrojados de vergüenza frente el encuentro de otros labios…otros ojos… y otras caras.En cada una de esas tardes le acudían las lágrimas…Pero luego, con la sombras, se dormía acunada en camastros azul-noche  con reflejos en la cara  hechos de luz de luna y el mirar de las estrellas. Soñando con él,  perdida en la profunda espesura de sus ojos. Sintiendo y alimentando el hambre de sus brazos poseyendo su cintura. El revoloteo de pájaros en cada uno de sus besos y el susurro de su voz, curtida de mar y de sol, repitiendo sus  promesas.Y amanecía con una sonrisa iluminada de esperanza…Hasta una cierta mañana en que el sonido de la sirena de un barco entrando a puerto, inolvidable e inconfundible, se le coló por la ventana…Irma corrió, lo más rápido que pudo, ganando la distancia al malecón y con el corazón desbocado dentro de su pecho, llegó hasta él para entregarle entre sus brazos el fruto de ese amor a días de haber nacido, para luego apretarse contra su cuerpo convenciéndose,  a sí misma, de tenerlo al fin, para ella. Hasta… una nueva despedida, sobre el mismo muelle,  en alguna otra mañana…  
AVISO:Traslado la inquietud a quienes quieran comentar si encuentran un parecido entre mis historias y alguna canción. De esta manera podre colocar el video mencionando a quien haga el aporte. Gracias a todos por estar.


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