Cartas de Otoño.- Huellas..

El otoño llagó de nuevo para asentarse en mi Madrid, hace ya tiempo que se acantono en mi casa y en mi piel.
Cuando tu y yo lo olvidamos, aunque era invierno, ese año fue precoz.
Jugo a lacrarse, ya se que soy cateta de ciudad, en mi piel, y me perdí en su olor a bosques y a especies, a cascadas que desbocan, y me extravié, como sólo saben hacer los necios ignorantes de Madrid.
Hojas color ocre bosquejan un reguero que va profanando mis huellas, mi remembranza.
Un camino colmado de errores y de sueños, de sentires profundos extraviados, postergados al más obscuro subconsciente, de sollozos  y gestos.
Quedan reservadas tus huellas y las mías, las nuestras.
Mis pasos solo están velados a tus ojos, por que tu así lo deseas, a los demás por que desconocen nuestra historia.

Hollé con brío, con garra, con euforia, con apego, ¡Sí! ese amor que no es posesión, sino sentir.
Oler el color azul del cielo, percibir el olor de la humedad que se tamiza entre las ramas impregnando la tierra que pisamos, ver el dolor de la piel ajena en la tuya, vivir en el otro sin tan siquiera rozarlo...........
Ese que tu y yo conocimos por el azar, que custodias con tanto rencor.
Ese que arropaste de negro, miedos, desconfianza, recelo,  sin más y engalanastes de gris para que aquella nueva inquilina de nuestro hogar, nombrada soledad  retozara con ellos.
Recuerdos no vividos,  muertos pero no enterrados, almas en pena que dominan los miedos de tu cerebro.
Temores que agonizan, que por suerte se desvanecieron para siempre en la realidad que nos ocupa, en mi mente, aunque tal vez en la tuya no. Desconfianzas, recelos,  para aprehender y no precisamente en el alma, si no en la inmensidad de ese agujero negro que acapara.
Encontré un poema que te escribí antaño, parece que fue hace más tiempo, y sólo fue ayer.  Unos días antes de cursar aquel manifiesto, para ti sin valor, para mi horneado en el alma "Te amo",  aunque entonces ya no existíamos, eramos eco en el silencio.
Permíteme que te lo reenvíe.......
Se desnudan las ramas mientras visten tus huellas en los caminos
Encuentros llenos de ocre albergan nuestros sentidosSientes en la piel el roce del aire frescoEl viento en su regazo recoge tu candidezGotas que son tus lágrimas quedan en la lagunaImpregnas en ella tu imagenNuestros  besos  eternidad de senderosPerdidos entre castaños, El aire en un susurro dice que te deseoMás la tormenta avisa que barruntaMientras al cielo clama venganzaOsas rendir pleitesía al otoñoCuando aún yo  anda viva, rescoldos quedanCampanillas y jilgueros aún acompañanNo entierres antes de tiempo
El amor sentido. 
Quiero que sepas amigo, que la lluvia acompaña también estos días, y el viento. ........
Al rozar la piel las gotas reblandecen la costra de sal de las mejillas.
Se lavan los miedos y las lágrimas ya no quedan ahogadas en garganta, fluyen libremente a fundirse con la madre tierra.
Sin mas, amigo, me despido, con un único deseo, que te envuelvan en mi suspiro los vientos del otoño, dejen espacio a los sentires, abiertas las sendas del dialogo, para hacer posible que esencias consentidas entren y salgan rencores malentendidos.
Arrase la ignorancia y el recelo, y porten el sentir hasta mi cielo, que lleno de conocimiento sepa ocupar su lugar entre las nubes, junto a la luna, en el brillo de su reflejo.
Marijose Luque
Letras y fotografías propias a excepción de las últimas que son de la red, serán retiradas si es solicitado por el autor.
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