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Chichen Itzá, Valladolid, la Virgen de la Candelaria

Publicado el 02 agosto 2015 por Ptolomeo1

Chichen ItzáPatrimonio cultural de la Humanidad declarada por UNESCO en el año 1988, la útima gran ciudad maya se remonta al siglo V, bajo el dominio de los Itzáes. Pero el esplendor de su poderío tanto militar como comercial se desarrolla alrededor del año 950, cuando los toltecas arribaron desde el centro de México y ambas culturas se aliaron con comerciantes marinos que recorrían la costa norte de Yucatán.

Los pueblos mayas prehispánicos fueron una de las culturas más avanzadas de Mesoamérica, esa expansión geográfica que se extendía desde el centro de México hasta Honduras y El Salvador con rasgos comunes en cuanto a cosmología, arte y tecnología que aún sorprende por su complejidad. Fueron los sacerdotes mayas los que concibieron el número 0 y desarrollaron conocimientos astronómicos y arquitectónicos que los llevaron a erigir el Castillo-Pirámide de Chichen Itzá, que suma 91 escalones en cada uno de sus lados los que adunados a la base conforman un año solar de 365 días.

El recorrido por el más importante centro político, económico y religioso de los mayas hipnotiza al viajero y se olvidan el calor y la humedad, aún cuando hay que hacer un esfuerzo por dejar de contemplar la pirámide en la que la que Kukulcán, la poderosa Serpiente Emplumada, desciende en el comienzo de los equinoccios por las escaleras en dirección al cenote sagrado, anunciando la llegada de la primavera y el otoño. Los astrónomos utilizaron el Observatorio, un edificio en forma de caracol situado estratégicamente que les permitía observar los astros, para seguir y predecir los diferentes eventos cósmicos, fuente del conocimiento que constituye parte de su legado.

Hasta los juegos deportivos tenían relación con la astronomía, pues los equipos que disputaban el honor de resultar vencedores en el juego de pelota, competencia que requería de un estado físico que posibilitara empujar el balón con la cadera para insertarlo en un aro apenas más ancho situado a ocho metros de altura, debían seguir reglas estrictas de movimiento que imitaran el paso de los astros. Para ganar la batalla entre el día y la noche, como era concebido el juego, bastaba con un solo punto y el capitán del equipo ganador era ofrendado en sacrificio a los dioses, pues sólo los mejores podían aspirar a dicho honor.

El Templo de los Guerreros, con imágenes de Chac Mool o “Gran Jaguar Rojo” y serpientes emplumadas, se encuentra flanqueado por el Grupo de las Mil Columnas emplazadas como una construcción de 150 metros de lado tras la que se encuentra el Mercado, también ornamentado con guerreros y serpientes emplumadas. Después de dar unas vueltas ante los puestos de artesanías y elegir algunos recuerdos, la lluvia precipita la partida, pero la riqueza del complejo arqueológico causa una profunda impresión en el ánimo del visitante: retornamos al hotel sin poder sustraernos a la sensación de haber tenido al alcance de la mano las reliquias del mundo maya.

Valladolid

Valladolid, San GervasioLa ciudad de Valladolid fue fundada en el año 1543 y aún conserva el trazado colonial en sus residencias y templos. Debido a la distancia que separa la península de Yucatán del resto de México, los yucatecos recibieron influencias de Europa, Cuba y Nueva Orleans, de ahí el mestizaje que dio como resultado unl sello original en cultura y gastronomía.

La iglesia principal de Valladolid es una de las más antiguas del país y fue dedicada a la Asunción de Nuestra Señora, pero al llegar los conquistadores cambiaron el objeto de veneración a San Gervasio o San Servacio. En su interior se llevó a cabo un violento asesinato motivado por cuestiones pasionales: Fernando Osorno llegó a Valladolid a fines del siglo SVII con funciones de capitán general, parece que tenía afición por los romances clandestinos y se involucró con la novia de Miguel de Ruiz Ayuso, alférez mayor de la villa. Pero en este caso no saldría bien parado, por cuanto el novio despechado logró encarcelarlo por razones políticas y cuando Osorio pudo escapar se refugió en el templo, donde fue asesinado. Por este motivo la iglesia fue demolida en 1705 y reconstruída en 1706 con el altar orientado en posición distinta a fin de sanear la profanación, y así se lo puede ver en estos días.

Valladolid integra los llamados Pueblos Mágicos debido a la preservación de su arquitectura virreinal y cuenta con una amplia plaza principal alrededor de la que se encuentran los principales edificios coloniales; hasta pose cenote propio, que antiguamente era el proveedor de agua del poblado y hoy es otro punto de atracción turística para los visitantes de esta atractiva ciudad.

La Virgen de la Candelaria

Valladolid, Virgen del CarmenPara reponer fuerzas luego de tantas emociones los lugareños aconsejan probar la comida yucateca, que se caracteriza por la intensidad de sus sabores y colores. En Valladolid hay un restaurante que cuenta con tradición probada emplazado en una propiedad cuyas paredes se levantaron hacer 120 años: La Casona de Valladolid.

En los patios amplios o interiores confortables se pueden degustar algunos de los platos característicos de la zona, o bien limitarse a alguna comida liviana acompañada con un agua de Jamaica y visitar después el local de recuerdos, para perderse entre las diversas artesanías de la región.

La Casona guarda en el final de su recorrido un tesoro artístico que mide 10 metros de alto: a la Virgen de la Candelaria, patrona de Valladolid, le ha sido dedicado este altar que se emplaza en el patio de la propiedad realizado en piedra cantera gris y talavera por reconocidos artistas mexicanos. El culto a la Candelaria se remonta al siglo XIX, cuando los yucatecos padecieron un fuerte brote de viruela que habría cesado al cruzar un leñador que regresaba a Popolá, su pueblo natal, a la Virgen que portaba un niño en sus brazos mientras el sol se oscurecía a medida que transitaba por allí. Al dar aviso al sacerdote de San Servacio el religioso pudo comprobar que no se registraron nuevos casos a partir de la aparición, de allí la veneración y gratitud que se extienden hasta la fecha.


Chichen Itzá, Valladolid, la Virgen de la Candelaria

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