Pero nada más diré de sus otras obras, Cien años de soledad es desde entonces mi libro de cabecera, lo suelo leer un par de veces al año, soñando e intentando cambiar la realidad que página a página se me va mostrando, quisiera que a esa familia todo le fuera bien, quizás porque la siento mía y me siento protagonista, no un mero espectador, me gustaría reescribir sus pesimistas renglones para levantarme la moral, porque desde entonces mi vida no ha sido igual, soy un simple personaje en manos de un escritor voluble esperando que se me lleven las hormigas.
