Cómo Entrenar la Creatividad en Vacaciones

Como vengo de trabajar en el mundo de la consultoría, se lo importante que es conseguir desconectar la mente del trabajo durante las vacaciones. Sean en verano, en invierno o cuando toquen. Así que, ¿por qué este año iba a ser diferente? Pues porque resulta que a diferencia de los trabajos más habituales, nuestro músculo creativo necesita que lo alimentemos.

Sin embargo, lejos de intentar contradecirme a mi mismo, debo decir que la creatividad también debe tomarse un descanso. Sobre todo si está relacionada con el mismo proyecto o va en la misma línea creativa que acostumbramos. Porque la perspectiva que otorga la distancia puede llegar a ser vital para un proyecto creativo.

Y entonces llega la pregunta del millón, ¿cómo entrenamos el músculo creativo a la par que lo dejamos descansar?

Vacaciones Creativas

Como decía son necesarias, pero con unas cuantas diferencias respecto a unas vacaciones de oficina normales y corrientes. En estas vacaciones tenemos que conseguir dos cosas:

1. Mantener la distancia con nuestros proyectos y nuestras líneas de trabajo habituales.
2. Hay que seguir ejercitando nuestra creatividad.

Porque este no es un trabajo mecánico que se pueda retomar alegremente después de semanas y semanas de parón. Aquí os propongo una serie de ventajas de dejar descansar nuestra creatividad junto con algunos ejercicios que la mantendrán viva hasta vuestro regreso.

Músculo Creativo Off

¿De qué me he dado cuenta después de tres semanas de off creativo?

Lo primero de todo es que los proyectos que tenía abiertos se ven desde otro prisma muy distinto. Las ideas, las imágenes y las tramas han reposado y macerado en mi interior. Al retomarlas de nuevo hay problemas de los que ahora veo la solución como si hubiera sido obvia todo el tiempo, aunque también encuentro otros nuevos allá donde yo pensaba que no había ninguno. Ambas, cosas muy positivas para el avance de mi novela.

Aparcar algo en lo que llevamos trabajando muchos meses y olvidarnos de que existe es lo mejor que podemos hacer para poder analizarlo y criticarlo nosotros mismos.

Y no sólo eso, sino que también se nos ocurren nuevas ideas y nuevos trabajos en los que embarcarnos. ¡Porque un cerebro relajado funciona mucho mejor que uno estresado!

Sin embargo el descanso creativo tiene una serie de contras muy fuertes que tenemos que tener en cuenta:

• Cuesta mucho volver a empezar. No se vosotros, pero yo un día normal de trabajo puedo generar 2000 palabras en bruto sin demasiados problemas (sin incluir nuevas ideas, planes, diseño de escenas, … sólo palabras a incluir en el trabajo final). Vivo en medio de mis tramas, de mis relatos, de mis ideas… y ponerlas sobre el papel es sólo una cuestión mecánica. Pero… después de varias semanas de STOP mental… no es que no escriba ni 500, es que ¡no se me ocurre ni por dónde empezar!
• Las ideas no vienen. Como también sabréis vivo pegado a un cuaderno. Siempre que se me ocurre alguna tontería que pueda dar pie a una historia, la anoto en él. Ahora, mientras lo reviso para escribir este post, me estoy dando cuenta de que en las últimas semanas sólo he anotado una decena de posibles ideas. Cuando lo normal es que escriba esas mismas ideas cada dos días.
• Las ideas no se desarrollan. Y lo peor es que, además de tener pocas ideas, estas no llegan a buen puerto. De las 10 ideas anteriores, tengo en el cuaderno 4 conatos de relato. Ninguno ha pasado de la fase preliminar. Uno por ser desmesuradamente amplio y dos porque la idea en si no termina de convertirse en una historia cerrada. Y la cuarta… la cuarta adolece de los problemas (1) y (2).

¿Son acaso peores ideas que las de antes de vacaciones? No, pero he perdido esa práctica necesaria para transformarlas en una historia potable. Mi creatividad está también de vacaciones y eso dificulta el proceso.

De hecho hice esta foto uno de los días que bajaba corriendo a la playa y creo que representa perfectamente lo que intento transmitiros.

Las ideas siguen ahí. La creatividad sigue ahí. Es sólo que las vacaciones ponen tierra de por medio, y hay que tener mucha más fuerza de voluntad para recorrerla y llegar al final.

Manteniendo el Músculo Creativo en On

Hay mil maneras de mantener el músculo creativo en funcionamiento. La primera es no dejar de escribir durante las vacaciones, utilizando por ejemplo algún ejercicio de escritura creativa. Como alguno de estos cuatro:

1. Las Palabras
2. Los Sueños
3. Los Cuentos
4. El Extraño

O de los cientos que podéis encontrar por internet. Da igual que salga algo bien escrito o no, lo importante es simplemente escribir.

Sin embargo, no todo es escribir. Y hay que recordar que estamos de vacaciones, tenemos a nuestra disposición infinitas maneras de ejercitar nuestra creatividad. Por ejemplo:

• Leer. Leer mucho. La lectura mantiene activa nuestra imaginación, entre otras muchas cosas. Yo creo que llevo más de 8 novelas devoradas en estas vacaciones.
• Ir al cine. Se ejercita menos la imaginación, porque nos dan todo hecho, pero nos llena la mente con historias y opciones que luego podremos utilizar.
• Soñar despierto. Mi actividad favorita para la playa. Mucho sol, mucho calor, pocas ganas de moverte… el caldo de cultivo perfecto para cerrar los ojos e imaginarnos cualquier cosa que nos apetezca.
• Observar. Nuestro entorno y las personas que lo componen son una fuente inagotable de ideas.
• Viajar. Otras culturas, otros países y otras ciudades.

Me reservo la mejor de todas para el final: sal con tus amigos. No hay ningún círculo con mayores posibilidades de generar millones de ideas que un grupo de amigos con unas cervezas en la mano. No os prometo que no vayan a ser ideas absurdas, pero seguro que son enriquecedoras de miles de maneras diferentes.

Y vosotros, ¿cómo mantenéis vuestro músculo creativo activo en vacaciones?

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal

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