Cómo escribir un libro (parte 1)

Lo primero que debo decirte, ya que estás leyendo estas palabras, es ¡enhorabuena! Lo que vas a experimentar a partir de ahora es algo que no todo el mundo conoce y está lleno de momentos mágicos y apasionantes (además de algún que otro momento frustrante, como todo en esta vida).

Escribir un libro es un proceso que te va a llevar mucho de tu tiempo libre, pero que también te abrirá los ojos y la mente a un mundo totalmente nuevo. El primero de todos es que, a partir de ahora, difícilmente vas a estar aburrido. Porque cada vez que tengas un rato para pensar, instintivamente te podrás a pensar en tus personajes y en su historia.A soñar despierto como lo llaman algunos. ¿Qué estarán haciendo mis personajes ahora?

Así que bienvenido al apasionante mundo de crear una historia larga.

Antes de escribir un libro

Mi escritorio (David Olier, @CabalTC), preparado para escribir

Hay un par de cosas que debes tener claras antes de empezar a escribir:

• La primera de todas es que escribir no es una acción aislada, es un proceso bastante complejo que, entre una de sus partes, incluye la de escribir. Pero, siendo realistas, esa escritura no llega al 50% del todo que compone un libro.

• Y segundo y más importante… si escribes para hacerte rico… dedícate a otra cosa mariposa. La escritura sólo da dinero a un 5% de todos los escritores que publican ganan para vivir de ello (fuente Libropatas), el otro 95% o escribe por pasión, o sólo ingresa algo de dinero de vez en cuando. Ten muy claro este precepto mientras escribes, porque si tu motivación es el dinero, te recomiendo que te replantees lo que estás haciendo.

En definitiva, espero que no te desanimes antes de tiempo, pero es muy importante que entiendas que es un proceso largo y que a priori no da dinero. Si estás de acuerdo con ambas afirmaciones, ¡estamos hablando el mismo idioma! Sino… mis consejos te servirán como base, pero no te servirán como panacea para hacer caja. Ojalá supiera cómo se hace.

Cómo escribir un libro: antes de empezar

He dividido este artículo en dos partes. En este primer post os voy a hablar de lo que debéis hacer antes de empezar a escribir, y el próximo lunes publicaré el segundo post en la que os hablaré de lo que hacer durante y después de escribir.

La idea

Creo que lo normal, si habéis llegado hasta aquí, es que ya tengáis más o menos clara una idea en vuestra mente. Pero no os preocupéis, si todavía no tenéis escogida esa idea, aquí os dejo un par de mis post sobre cómo escoger el tema perfecto y las ideas originales.

Como pequeño resumen de ambos: llevad siempre una libreta encima, anotad cualquier idea que tengáis, por tonta que os parezca y dedicad un rato al día en poner una línea en vuestra lista de ideas. Y si es con una cerveza en la mano mejor que mejor.

Mi cuaderno Moleskine

Vale, vale, ya tenemos una idea, ¿ahora qué hacemos? Bien, es el momento de ver si esa idea os llevará por el camino de un libro o el de un relato.

Hace tiempo leí que es muy fácil crear un gancho que atrape en una historia y definir un final espectacular. Lo difícil es crear todo lo que une ambos extremos y lo convierten en una Historia con mayúsculas. Así que, antes de continuar, analicemos nuestra idea.

• Definid en una única frase esa idea. Ni más, ni menos. Tenéis que ser capaces de ver el núcleo, la pregunta que va a ir por debajo de toda vuestra historia. Porque es esa la esencia que os moverá a lo largo de todo el libro.

Como ejemplo de apoyo vamos a utilizar la siguiente idea:

Dos jóvenes se conocen por casualidad y él hace lo imposible por estar con ella.

¿Qué simple no? Esperad un poco, que acabamos de empezar :).

La trama

Ahora es cuando vamos a darle cuerpo a esa pequeña idea. Vamos a analizar cómo empezará, cómo se desarrollará y cómo terminará. Es este el punto en el que veremos si esa idea es suficiente, o si por el contrario deberíamos centrarnos en otra.

Desde mi punto de vista, la trama tiene dos partes:

1. La gran pregunta sobre la que se va a construir toda la historia. Todo libro tiene esta pregunta, que debe poder contestarte con un simple si o no. Para nuestro ejemplo anterior podría ser: ¿conseguirá él salir con ella? Y, además de plantearla, deberemos tener la respuesta en mente.
2. La estructura. Al más puro estilo de introducción, nudo y desenlace.

Ahora que tenemos la idea, tenemos que darle forma a los puntos clave de la historia: el gancho inicial, el nudo y el desenlace. No es necesario detallarlos escena por escena, pero sí que tenemos que tener una idea clara de cómo queremos que evolucione nuestra historia.

• El gancho. En nuestro ejemplo podría ser ¿qué sucede para que él y ella se conozcan? Todavía está muy abierto a la imaginación, así que tenemos que concretar. Un tropiezo por la calle, un accidente, se sientan juntos en un avión, él es un delincuente y ella una policía que siempre le detiene… Tened en cuenta que las primeras páginas son vitales para captar la atención, de ahí su nombre (el gancho) y que tenéis que atrapar al lector. Por ejemplo, mi relato El Asesino Sin Nombre, se ha convertido en un gancho por derecho propio.
• El nudo. Si queréis que vuestra historia ocupe más de unas pocas páginas, es aquí donde tenéis que echar mano de vuestra inventiva y definir el núcleo de vuestra trama. El chico tiene que tardar bastante en conseguir a la chica ¿verdad? Por decir algo fácil, pongamos que están en medio de una guerra, él ha sido herido y ella es la médico que le atiende (ahí tenemos nuestro gancho, cómo le hieren y la conoce). El nudo podría ser que, cuando él vuelve en si, ella ha sido destinada a otro sitio, capturada,… lo que sea, así que él sale en su búsqueda. Investiga, vive varias batallas, etc. Tenemos que detallar qué van a sufrir nuestros protagonistas hasta poder llegar al desenlace.
• Sub-tramas. Es el momento también de decidir con quién se va a cruzar nuestro protagonista. Qué historias paralelas van a ayudarle a conseguir su objetivo, y a nosotros como escritores a darle consistencia a la historia.
• El desenlace. ¿Cómo va a terminar nuestra historia? Aquí podéis ser tan buenos o malos como queráis. Podéis hacer un bombazo que nadie se espere (con cuidado de cumplir las expectativas y no fastidiar al lector), o simplemente dejar fluir la historia. Pero recordad que el final de un libro es lo que mantiene un lector en su mente después de leerlo. Sed buenos.

Vaya vaya, ¿ya tenemos una trama completa? Si, pero no completa. Ahora tenemos un esqueleto sobre el que trabajar. Es ahora donde podréis ver si vuestra idea da para escribir un libro. Por lo menos debemos tener bien definidos:

1. Gancho inicial.
2. Primer punto de inflexión, que hace que nuestro protagonista arranque la acción.
3. Segundo punto de inflexión, el momento que hará que nuestro protagonista desemboque en la última serie de acciones que le llevarán a su destino.
4. El desenlace

Los personajes

Ahora que ya tenemos el esqueleto de nuestra trama, con las diferentes sub-historias que vamos a tener, nos conviene redactar algo sobre nuestros personajes. Al fin y al cabo, lo más importante de una historia son las personas que la forman.

Para nuestros protagonistas (y antagonista si lo hubiera) deberíamos tener escrita una página con una descripción de cómo son. ¿Qué rasgos de personalidad les van a definir? ¿Cómo son físicamente? ¿Tienen alguna particularidad física o mental? ¿Tienen secretos importantes? ¿Cómo se comportan ante determinadas situaciones?

Al más puro estilo de un juego de rol. De hecho, he encontrado esta lista con 100 preguntas que podéis utilizar como base para desarrollar a vuestros protagonistas: aquí.

En definitiva, tenéis que conocerlos perfectamente. Porque una vez que empecéis a escribir serán ellos quienes decidan cómo avanza la historia, no vosotros. Por si queréis, os dejo mi experiencia personal sobre lo que pasa cuando tu quieres que la historia avance por un camino que tus personajes no quieren avanzar pinchando aquí.

Para los demás personajes secundarios sólo necesitaréis las ideas generales. Pero tened cuidado, al fin y al cabo siguen siendo personas, y deben ser distintos los unos de los otros. ¡No hagáis a todos los secundarios iguales!

Y siempre, siempre, siempre podréis permitiros el lujo de basar cualquiera de vuestros personajes en una persona real. Esto siempre rellenará los huecos que necesitéis conocer de ellos, pero os dejará expuestos a que quien os lea (si os conoce) sepa quién es qué personaje.

Siguiente paso: escribir

¡Ya está! Ya hemos llegado al final de la preparación para poder empezar a escribir. Tenemos una idea, la hemos convertido en una historia con entidad propia. Tenemos nuestros personajes y sabemos qué tienen que hacer. Casi, casi estamos preparados para lanzarnos a escribir.

Se que no me he extendido en demasía sobre cómo planificar la trama, pero es un tema tan extenso que lo dejaré para otro post.

La semana que viene publicaré la segunda parte sobre cómo escribir un libro.

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal

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