Cómo escribir un libro (Parte 2)

Lo prometido es deuda. La semana pasada os hablaba en mi entrada Cómo escribir un libro (parte 1) sobre cómo empezar a prepararse para la larga y placentera tarea de escribir un texto largo (un libro, una novela, lo que sea). Hoy vengo a hablaros de la parte de escribir pura y dura, pero también para daros un par de recomendaciones al respecto del proceso de escritura.

Nota del autor sobre Cómo escribir un libro (parte 1)

Por los comentarios que he ido recibiendo, es posible que las acciones que incluí en esa primera parte sobre cómo escribir un libro parezcan algo que puedes hacer en una sola tarde. La verdad es que siento decir que no es así. En concreto, cuando yo me decidí a transitar por este camino, dediqué aproximadamente un mes a buscar artículos, libros e información sobre cómo escribir. Estuve estudiando qué técnicas utiliza la gente, cómo se enfrenta uno a una novela y cómo se construyen sus distintos elementos.

Después, cuando ya me había quedado satisfecho, empecé a analizar la que considero que será (si, en futuro, no en presente) mi IDEA. En mayúsculas. Y me di cuenta de que pretendía abarcar algo muy superior a mi, y que si lo hacía mal y no me gustaba… iba a mandar la escritura a paseo. Así que, después de una semana preparando el terreno para esa IDEA, me decidí a buscar otra mucho más asequible para empezar (que es la que estoy terminando ahora de escribir). Por eso he publicado varios artículos sobre Escritura Creativa y Cómo elegir el tema, porque encontrar esa segunda idea (ahora en minúsculas) me costó un tiempo de búsqueda y práctica, que entiendo que muchos de vosotros tendréis que vivir también.

Así que, después de 5 ó 6 semanas de estudio y búsqueda, encontré esa idea. Después, como buen escritor novel, dediqué un mes a escribir sin ton ni son. Hasta que me di cuenta de que me faltaba lo más importante: mi plan de escritura. El esqueleto, la distribución de escenas, las tramas… en fin, ¿recordáis todo lo que os conté en la primera parte? Pues yo no lo hice.

Y después de tener un buen puñado de escenas fue cuando me senté a planificar, estudiar y preparar cómo quería yo realmente que fuera esa novela. Y dediqué otro par de semanas a estructurarlo, ver qué tenía hecho, qué había que cambiar y cómo tenía que seguir.

En definitiva, mi experiencia personal es esa: 1 mes de estudio y preparación, 1 semanas de análisis y descarte de una idea, 1 semana a buscar la nueva idea y entre 2 y 4 semanas a planificar y preparar la nueva idea. Un total de 2 meses antes de empezar a escribir.

Mi intención con estas palabras no es desanimaros sino daros una perspectiva real de cuánto podéis prever que os costará arrancar a escribir. Sinceramente creo que es muy útil ya que sé, por experiencia propia, que a veces tenemos la sensación de estar perdiendo el tiempo y de no avanzar.

Paciencia. Este es un camino largo que tenéis que disfrutar, no intentéis ir demasiado deprisa.

Cómo escribir un libro: escribiendo

Antes de que penséis que esta es la parte más fácil, directa y que menos explicaciones necesita, dejadme que os proponga la estructura que voy a seguir. Espero que os ayude.

1. Escribiendo – Herramientas y técnicas
2. Planificación periódica
3. Revisión de la estructura
4. Primer borrador y su revisión

Como veis, otra vez escribir es sólo una pequeña (pero increíblemente importante) parte del proceso.

Escribiendo

Escribir una vez que tenéis un esquema (aunque sea provisional) de las escenas y la distribución de vuestra historia es infinitamente más fácil que una escritura a ciegas sobre algo que no sabemos cómo evolucionará.

A partir de aquí vuestra labor como escritores será ir rellenando esos huecos que le vayan faltando a ese esquema, hasta conseguir una historia sólida. Os dejo un artículo sobre cómo escribir más y mejor para que podáis estructuraros suficientemente bien el tiempo de escritura, y hacer que os cunda cuanto más mejor.

Pero si tuviera que quedarme con el mejor consejo del mundo para escribir, sin duda me quedaría con la siguiente frase:

«El primer borrador de cualquier cosa es siempre una mierda» – Ernest Hemingway

Ahora vuestro objetivo es escribir, simple y llanamente. No os perdáis en revisar si está bien escrito, la historia fluye, los personajes son consistentes o los tiempos verbales son los adecuados. No, lo que tenéis que hacer es crear el primer borrador de vuestra historia. Y de antemano ya sabéis que no va a ser el mejor borrador del mundo, quizás sea hasta un poquito malo (por ser el primero), pero tranquilos, las futuras revisiones harán que brille. Y remarco lo de futuras, porque para llegar a esas revisiones primero tenéis que acabar este borrador.

Así que, dejad vuestra autocrítica y vuestros prejuicios a parte y sentaros a escribir.

También os dejo este otro sobre el miedo a una página en blanco, para esos momentos de bloqueo que os encontraréis conforme avancéis y saltéis de capítulo en capítulo y de trama en trama.

Planificación periódica

Escribir tiene una pequeña pega. Cuando llevas una o dos semanas escribiendo sin parar, muchas veces tienes la sensación de que no has avanzado hacia ninguna parte. O yo por lo menos la tengo.

Para evitar estar perdidos en ese aspecto, no es ninguna mala idea que os pongáis plazos y os distribuyáis el trabajo. Yo estoy probando distintas maneras de hacerlo, y actualmente con la que mejor trabajo es con la siguiente: cada semana me fijo un personaje y una parte de la trama, y no me salgo de ahí hasta haberlo terminado. Así evito pajarear entre varios personajes, varias escenas y varias tramas sin terminar de cerrar ninguna. Escojo un personaje y exprimo sus escenas al máximo.

Cuando he terminado con él, o al menos con el fragmento de historia que quería contar, vuelvo a revisar mi esquema de trabajo para ver quién será mi siguiente víctima.

Revisión de la estructura

Al más puro estilo del dicho americano location, location, location (ubicación, ubicación, ubicación), refiriéndose al mantra de sectores como el inmobiliario o los restaurantes, creo que la clave del éxito de un buen libro está en la planificación, planificación, planificación.

Hay escritores de éxito que presumen de no seguir un método en sus escritos pero… ¿creéis que eso es cierto cuando ya tienes 30 o 40 novelas a tus espaldas? No, lo que pasa es que ya tienen tan interiorizado el arte de escribir, que no necesitan dedicar mucho tiempo consciente a pensar en la estructura que seguirán. Pero porque ya la tienen escrita a fuego en su alma.

Nosotros, el común de los mortales, necesitamos revisar cada cierto tiempo la estructura de lo que estamos haciendo. ¿Las escenas están evolucionando hacia donde queríamos? ¿Nuestros personajes toman las decisiones adecuadas? ¿Estamos creando demasiadas escenas fuera del plan inicial?

No os puedo dar una clave sobre cada cuánto tiempo deberíais revisarlo, porque aquí dependerá de vuestro plan original, lo creativos que seáis y lo cuadriculadas que sean vuestras mentes. Yo como ingeniero que soy, reviso el plan con bastante frecuencia, aunque sólo sea para confirmar que voy por el camino correcto.

Pero lo que sí os aconsejo es que cuando estéis perdidos o bloqueados, echad mano de vuestra estructura. En mi caso, tengo detalladas ya (estoy en la recta final de escritura de mi novela) todas las escenas que llevo y que me faltan por escribir. Así que cada vez que me pierdo en divagaciones o pensamientos que me distraen o me agobian, echo mano de mi pizarra para ver por dónde voy y dónde tengo que llegar.

Borradores y revisiones

Alternando los tres puntos anteriores, será cuestión de tiempo que os encontréis con vuestro primer borrador terminado. Cuando hayáis hecho esto, vuestros primeros impulsos serán leerlo, corregirlo y compartirlo.

NO. Tened paciencia, estáis a punto de terminar, pero todavía no podéis perder el norte. Cuando terminéis vuestro primer borrador, metedlo en un cajón y no lo saquéis en varias semanas.

Dejad que vuestra mente se olvide de la historia, de vuestro libro y sobre todo, de vuestras ganas por terminarlo. Dedicaros a otras cosas, o incluso a escribir sobre otro tema diferente durante al menos un mes.

Cuando haya pasado ese tiempo prudencial de refresco, coged vuestro borrador y leéroslo entero. Ahora sí será el momento de revisarlo a fondo. Dedicad el tiempo que consideréis necesario hasta que dejéis ese borrador convertido en algo más cercano a una obra terminada, pero tampoco os obcequéis, os faltan todavía varias semanas de revisiones antes de poder darlo por concluido.

Ahora que ya deberíais tener un segundo borrador ya revisado, sí que podéis (y debéis) compartirlo con un puñado de personas de confianza que puedan hacer de jueces y jurados de vuestra creación. Recoged sus opiniones y sus comentarios, y estudiad cómo incluirlos al texto final para hacerlo aún mejor de lo que ya será.

Y repetid este proceso tanto como creáis necesario (o como vuestros elegidos estén dispuestos a repetir), una novela se forma igual que lo hace un copo de nieve: iteración a iteración vamos mejorando y añadiendo detalles al conjunto final.

Al final, después de dos o tres revisiones completas, tendréis en vuestras manos vuestro primer libro.

Disfrutad del camino.

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal

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