Como siempre, voy a contracorriente:

Y ES QUE...

¡¡¡ME HA ENCANTADO EL FINAL DE "LOST"!!!

Pues sí, tal y como leéis, anoche vi el final de la serie "Perdidos": lo mejorcito que he visto en televisión desde hace muchos, muchos años. Y no sólo lo vi, sino que lo disfruté impactada, sorprendida y emocionada por lo valientes que han sido los guionistas con dicho final.

Obviamente, no voy a usar estas líneas para desmenuzar dicho "the end". No. Sé que muchos aún no lo habéis visionado y tampoco es mi estilo vomitar por estos lares un secreto tan bien guardado. Pero sí quiero apuntar que, igual que digo que han sido extremadamente valientes al colocarle a la serie semejante final, afirmo que no me extraña en absoluto que a la gran mayoría de seguidores les haya dejado un vacío: lamentablemente, la gran mayoría de la gente de metafísica no tiene ni pajolera idea.

Me hace gracia los que critican que se han dejado mucho cabos sueltos y que permanecen muchas preguntas sin respuesta. Precisamente, con este final, se termina con todo tipo de cabos sueltos y de posibles cuestiones por responder. Con dicho "acabose", los guionistas vuelven a sorprendernos invitándonos a buscar las respuestas en nosotros mismos. Porque es dentro de nosotros donde se hallan todas las respuestas: incluso las de "LOST". Es el propio telespectador quien ha de dar respuesta a los enigmas de la serie.

¿Para qué gastar el tiempo en nimiedades? ¿Para qué perdernos en responder cuestiones intrascendentes? Personalmente el último capítulo de la serie respondió -de sobra- a todas mis posibles dudas con respecto a la suerte de sus protagonistas y a los misterios que les rodeaban, día sí y día también.  Pero claro, como dije antes, la mayoría de los mortales tampoco entiende, por poner otro ejemplo de metafísica llevada a la pantalla: "2001, una odisea en el espacio".

Anoche lloré mares y océanos con la segunda mitad del final.

Anoche abrí los ojos como platos al ver en la pantalla del monitor, fotograma a fotograma, lo que sé que somos y lo que la vida me ha demostrado que siempre seremos.

Anoche me alegré de que se expusiese, sin temor, ante los ojos del gran público, la FE con mayúsculas.

Anoche sonreí cuando se bajó el telón, mientras un cierto regusto amargo se me anclaba en la mente al pensar que ya no habría más "Perdidos".

Anoche me convertí en una "lostie" de corazón.

Y como todo hay que decirlo, he de apuntar que, a mi amor de vidas, el final no le gustó nada de nada y le decepcionó en demasía. Claro que, entre tú y yo: por mucho que se lo intento explicar, tampoco lo entiende.