Revista Talentos

Confidencias de un caminante.............

Publicado el 02 noviembre 2015 por María José Luque Fernández @sonrisasdecamaleo
Confidencias de un caminante.............Cuando era muy pequeña me sentaba frente a la ventana, en mi mesilla, quitaba aquella horrible lámpara que a mi mamá le parecía preciosa, para que no me estorbara. Mi ventana era grande, blanca. Me gustaba tocar el frío cristal con mis manitas, e incluso apoyar mi rostro en él. No me importaba si era de día o de noche, aunque prefería la noche.Recuerdo perderme en otros mundos que no eran los míos, o por lo menos, no los reales, aquellos en los que había que tener los pies sobre la tierra.No eran sueños, nunca los fueron.  Otros  si eran pesadillas pero muy reales a veces.Nunca le conté a nadie aquellos momentos míos, eran eso, solo míos. Al principio, solo eran instantes circunstanciales, de los que quedaban efímeros recuerdos, que yo en cuanto supe dibujar, plasmaba en los recortes de papel, que mi papá me traía. Él era impresor de sueños para mí, o sea,  de libros para los demás.Después cuando aprendí a escribir, muy pronto, eso al menos decían, me desahogaba con letras, que todos llamaban cuentos. Decían que tenía una gran imaginación. Lo que ellos no sabían es que yo los había vivido, si en mi mente, ya se que suena raro, pero así era.Al  ir creciendo fueron aumentando la frecuencia y la intensidad de aquellos momentos. Bajaba a la biblioteca y leía sobre aquello que yo sentía, veía, vivía,  y sobre otras cosas que me ocurrían y que eran complicadas de explicar, difícil de asimilar, e incluso podríamos decir monstruosas, pero eso eran otras historias.Mi madre siempre nos mandaba a dormir la siesta, no porqué ella quisiera hacerlo, no, ella necesitaba su tiempo, como todos, para descansar un poco y dedicar un rato a su pasión, la lectura. Y yo  tampoco dormía, vivía con los ojos unas veces cerrados, otras abiertos, exploraba esos mundos.Yo no los buscaba, llegaban solos, después con los años, habiendo cartografiado intensamente esos senderos, si lo deseaba, lo provocaba. Un día me dio miedo, fue muy intenso, deje de hacerlo.Aquellas vivencias me ayudaban en otros momentos a seguir adelante, a no estar triste, a olvidarme de esas otras historias que mi cuerpo sufría en primera persona. Ellas con los años, unidas a otras actitudes adquiridas en la lucha por la vida, fueron mis  pilares para seguir viva.Por las noches, si no soñaba despierta, me quedaba leyendo hasta la madrugada, a veces, mi madre, se levantaba enfadada y se llevaba mi lamparita, para que durmiera.Yo me metía en el fondo de la cama, embutida con mis calcetines de lana, la bolsa de agua caliente en los pies, y tapada totalmente, así no veía mis miedos llegar.Sueños recurrentes, corría y corría, pero de repente, me quedaba sin fuerzas, anclada en el momento sin poder moverme y  un túnel oscuro me atrapaba, si,  venía hacia mi y yo volvía a correr hacia aquella luz, pero caía y caía de repente en un abismo sin final, para de repente estar flotando, abrazando el liquido amniótico en la bolsa materna, en la tripa de mi mamá, en el comienzo de mi vida. La calma entonces llegaba a mi sueño.Una mañana mi padre fue a despertarme para desayunar, había que ir al colegio, y no me encontró en mi cama, yo era muy pequeña, pero lo recuerdo, quedaron en mi mente tantas cosas.Se puso muy nervioso, se lo notaba en la voz, pero mi garganta se había cerrado, no me salía la voz, no fui capaz de llamarle, aunque en mi cerebro se repetía el grito una y otra vez.. Papá, papá, estoy aquí, ven.Y entonces vio bajo la cama, un trozo de manta que sobresalía y miro bajo ella. Allí estaba acurrucada, pálida, fría muerta de miedo, tiritando agarrada a la manta, no tuve nunca peluches, el dinero en casa era escaso y básicamente para pagar el alquiler de aquella casa y poder comer.Mamá, le llamaba, gritaba, la niña……..Me dijo que me quedará allí tranquila que volvía enseguida. Y fue a ver que le pasaba a mamá. Mi hermana convulsionaba, en su cama, ardía.  Mi padre cogió el teléfono y llamo a la policía. Vino a buscarme, mientras mamá metía a mi hermana en la bañera de agua fría.Volteó el somier con cuidado de no hacerme daño y me cogió en brazos, sentía el calor de su cuerpo, su latido ansioso y preocupado. Y me acariciaba despacio, mientras dulcemente me hablaba. Aquello sucedió muchas otras veces a lo largo de mi vida. Eran mis fantasmas, o eso pensaba yo.La noche en que murió mi abuela, la vi irse, si , no estaba dormida, estaba sentada en el sofá con mis hermanos, y mi madre, viendo los dibujos animados, Eran cerca de las nueve de la noche, en ese mismo momento, en la televisión en blanco y negro que teníamos en nuestro pequeño salón, bailaban unas notas… Vamos a dormir…..Avanzaba rápido, segura de si misma, como ella siempre había sido por ese túnel obscuro cuya luz en mis sueños me atrapaba, yo caminaba a su vera, de su mano, estaba muy fría, y cuando nos acercamos a la luz, ella desapareció de mi vista, el reflejo era tan intenso que me cegaba y yo volví a mi sofá, donde mamá decía: "A la cama ya es la hora, mañana hay colegio" El teléfono, ese ring, ring, de toda la vida,  comenzó a sonar… Era papá, la abuela había muerto.
Sensaciones que con el tiempo fueron tomando formas,  comprendiendo que no eran fantasmas, era yo misma, una lucha entre mis neuronas y mi energía, entre mi mente y mi alma…. Una ardua tarea.Cuando anochecía la familia quedaba en el salón viendo la televisión o escuchando la radio, o jugando a las cartas, aquellos juegos reunidos, era nuestro entretenimiento en las frías noches de invierno, y yo marchaba a mi habitación.Aquello suponía pasar frío, mucho pero no me importaba. Me cogía la manta de la cama y me la enrollaba en mi cuerpo, sentada allí contemplando el cielo.La luna brillaba en el cielo, en ese oscuro pero a la vez brillante manto que envuelve el mundo, el universo entero, algunas estrellas se pueden divisar en él, pero con poca claridad, solo hay una que destaca entre tantas., mi lucero la llamo yo. Me producía sosiego observarla. Un horizonte lejano en el que poder algún día encontrar mis sueños.Es un hermoso espectáculo, un privilegio que los habitantes de este planeta tenemos el privilegio que tan pocos saben apreciar.Yo me pierdo en esa inmensidad, a veces, sin darme cuenta….Busco algo perdido, una reflejo de mi, un rayo de esperanza, una visión que me diga quien soy realmente, que puedo esperar de esta vida que me ha tocado vivir, en un escenario que odio tan intensamente, del que no deseo formar parte. Aprendí pronto a dar en pequeñas dosis, mi ser.. Si. Aprendí a racionalizar mis sentimientos siguiendo un lógico patrón que sirviera para mantenerme cuerda. No quería sucumbir ante la deshumanización cruel en que vivía. Son muchas las sensaciones, emociones que se cruzan a diario en nuestro camino y a veces, las dejamos escapar, efímeros momentos de felicidad.El amor algo abstracto que tantos han, hemos intentado definir y que simplemente está ahí, fluye de la naturaleza misma nuestra, de nuestro yo interno, siempre esta ahí. Sólo hay que dejarlo que fluya libremente excarcelándolo de etiquetas inútiles, que no van a ningún sitio y nos alejan de esa supuesta humanidad de que alguien o algo nos dotó. Somos energía pura que transciende, cambia, se modifica pero no somos capaces de entenderlo, esa materia en la que nos reencarnamos, es sólo una vestimenta que utilizamos, una herramienta para un fin determinado……Esas manchas lunares en que podemos ver reflejadas las lagunas de nuestra propia vida, encalladas en los mares helados de Marte, por la inconsistencia o negatividad de la energía transmitida, por ese querer pero no esforzarse, amar pero no sentir, decir pero no actuar, en el que todo se difumina presa de la gravedad que se dirige a dormir profundamente en los confines del universo, en algún agujero negro donde deberíamos sumir nuestros fracasos, esos recuerdos inconsistentes que ya no sirven, pero que desafortunadamente aún forman parte de nosotros. Después de una de aquellas tardes, en que viví uno de esos momentos, siendo muy joven escribí estas líneas……….“Ayer encontré un camino muy largo para andar, los senderos transcurrían entre campos y barrizales. Pueblos y aldeas a ambos lados del camino. En el primer cruce a la derecha había un joven sentado, los pies llenos de llagas sangrantes. Muy de lejos vendría. Continúe caminando y todo era igual, siempre, volvía la vista atrás para comprobarlo, y nada había cambiado, veía las mismas personas, las mismas casas, todo era un bucle en continua repetición.En aquel paisaje solo cambiaba un elemento, los pájaros, que huían en estampida…… ¿De que huían?Contra más andaba, más se alejaba el final del sendero, cuanto más comía más hambrienta estaba, cuando pensaba en ti, más despacio caminaba……….Qué sendero tan largo, nunca vi nada igual.Es ese camino que se empieza a andar cuando se nace y del que no te puedes apartar, de tu querido sendero, hasta el final. ¿Qué sendero es? Aquel que tu quieres ir trazando, sólo el origen es cierto, en el vientre de tu madre……..Y su final, la muerte. Nunca debes desandar tu camino, puedes errarlo, corregir el rumbo, pero la vista atrás nunca debes volver. Todo es una cadena y lo hecho, vivido, ya esta, se fue… Vive la vida con tu libre albedrío, como desees, con libertad, extiende tus alas y vuela el horizonte donde se esconden tus sueños, te esperan, no dejes que se pierdan en la inmensidad del universo”.
…………………Y ahora al recordar, sólo puedo continuar avanzando en mi camino………..Letras de Marijose.- Fotografía de la red.

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