Deidad lunar mexica, Coyolxauhqui era hija de la poderosa Coatlicue, diosa madre de la vida y de la muerte; su nombre significa “pintada con campanas”. Coatlicue se dedicaba a barrer el monte Coatepec cuando encontró un ovillo de sedosas plumas que escondiò en la falda y, a causa de estas plumas, quedó encinta del dios solar Huitzilopochtli. El embarazo enfureció a Coyolxauhqui, que convenció a los Centzon Huitznahua, sus cuatrocientos hermanos, de la necesidad de dar muerte a su madre.
Huitzilopochtli, recién nacido, presintió el destino que le aguardaba y al llegar al monte la furiosa Coyolxauhqui la enfrentó y le dio muerte haciendo rodar el cuerpo por la pendiente, desmembrándola finalmente y arrojando la cabeza al cielo, donde se la puede ver cada noche como la luna. Los aterrorizados Centzon Huitznahua huyeron hacia el sur y aquellos que pudieron sobrevivir a la ira de Huitzilopochtli fueron convertidos en estrellas que refulgen por las noches.
La luna, al partirse mes a mes, recuerda la batalla entre los hermanos y el relato simboliza la relación entre luz y sombra, día y noche, claridad y oscuridad en un vínculo rotativo y cíclico, una danza cósmica siempre fluctuante que tiene su correspondencia en el interior de nuestras almas. El poderoso monolito en el que se encuentra tallada la imagen de la diosa fue hallado en el año 1978 durante una excavación en el Centro Histórico de Ciudad de México; hoy se la puede visitar en el fantástico Museo del Templo Mayor, donde la deidad esculpida en piedra fue fotografiada desde todos los ángulos por Juan.
Amorosas protectoras
Los seres humanos compartimos este mundo en el que habitamos con nuestros hermanos más pequeños, los animales. Si bien no hemos sido a lo largo de la historia lo suficientemente amables ni les hemos dispensado el afecto que merecen, en la actualidad hay personas bondadosas que hacen de su defensa y cuidado una forma de vida. En la ciudad existen varias organizaciones que se dedican a los animalitos sin hogar, les procuran una familia, se encargan de recuperar a aquellos maltratados o de ayudar a quienes han perdido algún integrante del hogar y promueven la tenencia responsable de todas las especies.
Las protectoras se rigen por un slogan: no compres, adopta, a fin de concientizar acerca de la cantidad de animalitos que esperan una y otra vez tener la fortuna de arribar a una casa donde los quieran y los cuiden. No voy a cansarme de afirmar que no hay amor más grande que el que brinda aquel que ha tenido la mala fortuna de estar en situación de calle, ya que ha de agradecer cada caricia y cada cuidado por haberse encontrado a la intemperie. Nosotros lo vivimos a diario desde el día 8 de abril de 2012 cuando apareció solito, apenas con dos meses de vida en la puerta de casa, nuestro queridísimo gato Ptolomeo.
Las redes sociales son poderosas constructoras de vínculos y las protectoras de animales han encontrado la manera de canalizar pedidos de ayuda, ofrecer adopciones y generar ingresos mediante ferias, rifas y la elaboración de productos tan amorosos como sus creadoras. Carla, una de las últimas benefactoras que conocí a través de Laurita, la administradora de Amores Gatos, fue la diseñadora de estos adorables bolsos que resultaron un éxito y un medio para seguir ayudando a nuestros peludos compañeros.
Óleos reconfortantes
La permanencia en el tiempo de la contracción de un músculo tiene un previsible y doloroso desenlace: la contractura. Nada tiene que ver con el estimulante recuerdo del ejercicio físico; la contractura por mala postura o como consecuencia del estrés resulta molesta y acuciante, una puntada permanente que repercute como dolor reflejo en las proximidades de la lesión y potencia su efecto.
En los últimos tiempos la tensión en mi omóplato derecho se extiende como una garra hacia el oído y la mandíbula; ante la imposibilidad fáctica de practicar yoga todos los dìas y a toda hora he recurrido a los masajes de Virginia y al tratamiento casero con aceites para brindar un calor confortable a la zona afectada. Sin olvidar mirar dentro de mí, para dilucidar de donde viene y qué significa este percance.
Lo cierto es que hace un tiempo atrás Estelita, la creadora del blog Mujeres bellas y sanas, dedicó un post a la Tienda Míes de cosmética gourmet, productos basados en elementos naturales que recuerdan a la icónica Lush. Míes tiene en su haber este aceite a base de jojoba, ricino y té verde que han dado en llamar Manos Mágicas, cuyo efecto ha sido benéfico cada noche luego de la ducha en mi espalda debido al alto contenido en árnica que contiene. Para completar el rito en el resto del cuerpo he aplicado Encanto Delicadeza con notas de flor de algodón de Avon, ya que el doble estímulo sensorial y olfativo resulta un poderoso relajante para cuerpos cansados y mentes inquietas.