Estoy enfrascada en la preparación de la publicación de mi última novela en papel y quiero compartir con vosotr@s algo que a algun@s os será ajeno, pero otr@s conoceréis mejor que yo.
Si tuviese que escoger una frase que definiese esta entrada, esa frase sería una pregunta:
¿Quién me manda a mí meterme en este embrollo?
Es una pregunta trampa porque está claro que me he metido yo solita (con la colaboración de algun@s amig@s y familiares que no paran de decirme que quieren leerme en papel).
Una cosa es pasarte meses documentándote para escribir una novela. Luego pasarte un año escribiéndola, corrigiéndola, recortándola, volviéndola a corregir... Todo ese proceso lo tengo asumido, está en mi ADN (otra de las cosas que lo diferencia del ADN de la mosca de la fruta).
Pero esto, lo de publicar, no tiene nada que ver con la tarea del escritor. Bueno, no tenía nada que ver, porque ahora...
Para publicar una novela en papel, de la forma más eficaz posible, o cuentas con un profesional o te pasas mil horas frente al ordenador apagando fuegos.
Me he convertido en maquetadora. Lo que me ha supuesto leerme tropecientos artículos en inglés sobre cuál es el mejor interlineado y la longitud de línea ideal para que no resulte cansada la lectura.
¿Y qué me decís de los tipos de letra? Parece que son mejor las serif, las de rabito.
Hay que dejar espacio para el número de página, pero no poner número de página, eso lo hace el propio programa.
Los capítulos siempre en página impar, si te salen en página par le añades una hoja en blanco, pero después no cambies el interlineado o tendrás que volver a empezar (a mí no me ha pasado, ¿eh? Fiu, fiu, fiiiiu).
Y entonces, cuando tienes tu novela, tan bonita ella, que parece vestida para ir a bendecir la palma (¿Qué pasa? En mi época nos compraban zapatitos de charol y todo), Create salta al paso siguiente y te pide la portada. ¡Tócate las narices! Porque la portada de ebook no vale, esa solo es frontal y Create quiere una completita, con su trasera y su lomo.
Y te quedas con cara de, ¿pero qué estás haciendo? ¿No eres tú la que dice que nadie tendría que tirar los cubos de palomitas en los cines, para que pongan más acomodadores y así dar trabajo a más gente? ¿Qué haces maquetando y haciendo portadas?
Entonces miro mis ventas en Amazon y lo entiendo todo.
Hala, me voy a hacer unas tortitas de avena, que no dan dinero, pero quitan el hambre y no engordan.