La intranquilidad seguía rondándole en esta ocasión bajo una bata blanca y un vetusto hospital, una mañana perdida para acabar removiendo fantasmas del pasado lejano y doloroso.Una vistita médica donde nuevamente agitarían todo aquello que le hacía sentirse vulnerable y pequeño.Ese ángel que el mundo llamaba madre estaba allí sosteniéndole una vez más.Su corazón lloraba una vez más.Su cruz seguía allí.