Revista Talentos

Cuánto vale una sonrisa

Publicado el 22 febrero 2012 por Beatrizbeneitez
Cuánto vale una sonrisaBeatriz Benéitez Burgada. Santander
Ayer alguien estuvo cerca de lograr que se me quitaran las ganas de ser amable. Pero no lo consiguió. Lo intentó bastante, pero resistí. Me mantuve cordial hasta el final. Porque me había hecho el firme propósito de que nadie, absolutamente nadie, me estropearía el día. No soy infalible, claro. Pero suelo conseguirlo con frecuencia. Ayer estuve a punto de fallar, pero aguanté el tipo, y eso me sirvió para lograr mi objetivo. La cuestión es que tenía un problema con el teléfono, así que llamé al servicio de atención al cliente de la compañía. Estoy de buen humor, y pienso seguir estándolo cuando cuelgue. Nadie va a conseguir abocarme hacia la mala leche -casi nunca se deja ver, pero tengo un genio bastante considerable-. Estaba en eso mientras marcaba.
De momento no es posible ser amable, porque me responde una máquina. Por lo tanto da igual comos ea, porque no habrá retorno. ¨Está usted llamando al servicio de atención al cliente...". Ya, ya se dónde estoy llamando. Se les debe haber olvidado que he llamado yo. Bueno, un poco de paciencia. La llamada sigue su curso: "Si desea conocer detalles de su factura pulse uno, si tiene un problema técnico pulse el dos, si no se qué más pulse el tres, y si quiere usted hablar con su madre marque el cuatro". Como no me identifico con nada, espero a que un operador me atienda... Vaya, están todos ocupados. Me ponen música. ¿Pensarán estos señores que mi tiempo no vale nada? Sonríe, estás de buen humor. Otro contestador me explica que la conversación podría ser grabada. Parece que por fin hablaré con alguien. Se pone enconces un operador, que imagino me hablará desde el rincón más insospechado de Marruecos, Argentina o La Antártida. Los consumidores, españoles y los puestos de trabajo, en China. Así es la vida. Sigo de buen humor.
Alguien se identifica con un nombre y un número de seis cifrasempiezo con mi tema: Buenos días, mire, lo que me ocurre es... Da igual lo que me ocurra. El chico me corta para pedirme un montón de datos. Recuerdo que es por mi seguridad, necesitan saber que soy yo. Termina el protocolo y vuelvo a la carga: Mire, lo que ocurre es que tengo un problema con... Vuelve a dar igual. Me corta de nuevo para preguntarme lo que le da la gana. Cuando por fin consigo explicarle lo que le ocurre a mi teléfono, resulta que tengo que hablar con otro departamento. Y no, él no puede pasarme. Debo empezar de cero. Y no, tampoco puede pasar él el parte de lo ocurre al departamento que corresponda, para que me llamen cuando les venga en gana. Y tampoco puedo enviar un correo electrónico y ahorrarme la llamada. Sigo de buen humor pero, la verdad, un poco menos.
Cuánto vale una sonrisaEl final: Conseguí resolverlo. Cuando estaba a punto de deciele indicarle que o me resolvía el tema a la mayor brevedad posible o me daría de baja con tanta rapidez como pudiera, pensé en la persona que me atendía. Un chaval joven, que trabajará un montón de horas por un sueldo peor que malo, que se está limitando a seguir un protocolo y que está harto de escuchar a clientes malhumorados. Supongo que estará más que calculado el número de personas que desisten antes de solucionar su problema, y el de los que apretamos las tuercas hasta que logramos el objetivo. Yo lo conseguí poniéndome en su lugar. E intentando que él se pusiera en el mío.  Creo que la educación, la amabilidad y la empatía, además de hacer que nos sintamos mejor con nosotros mismos, suelen ayudarnos a lograr cosas que jamás conseguiríamos siendo serios, toscos y prepotentes. Lo mismo ocurre cuando es a nosotros a quien se dirigen. Donde sea: en el trabajo, en el supermercado, en la calle... respondemos mejor cuando nos tratan con amabilidad. La simpatía suele ser la llave para lograr éxito de muchas situaciones. Y si no, probad, y veréis cuánto vale una sonrisa. Salvo que te hable una máquina. Entonces no hay nada que hacer.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Beatrizbeneitez 120 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revista