![De chistes va la cosa De chistes va la cosa](https://m1.paperblog.com/i/47/471020/chistes-va-cosa-L-xeFGH0.jpeg)
Hoy, chafardeando en la web de la Fnac, me he encontrado con la imagen que podéis ver de cabecera en esta misma entrada. Al leer Chico y Rita no he podido evitar recordar un chiste muy, muy malo, que hace muchos años explicó una persona a la que no profesaba especial aprecio. Tal vez mi amiga Choki lo recuerde.
El chiste era el siguiente: "¿Sabes cuál es el único pokémon que es macho y hembra a la vez? Chikorita, porque es chico, pero es Rita."
Recuerdo lo orgullosa que parecía aquella, por aquel entonces, niña, explicando el chiste que tan poca gracia me hizo (tal vez porque nunca fui fan de Pokémon, tal vez porque no tenía chispa alguna). Pero seguramente todos hemos visto cómo alguien explicaba un chiste tratando de aguantar la risa, con nuestra cara de póker en contraste. O hemos sido nosotros mismos quienes hemos intentado de explicar un chiste que nos encanta y nos hemos sentido incomprendidos cuando nuestro interlocutor ha permanecido serio, sin captar aquello que nos hace tanta gracia.
Personalmente, rara vez cuento chistes. Y si me atrevo, lo hago rápido, quitándole importancia, pretendiendo que no es tan divertido. Excepto con un chiste que siempre me ha gustado, desde que era una cría, y que recordé hace pocos meses gracias a un grupo de Facebook: el chiste del fantasma de las bragas rotas.
Esto son un inglés, un francés y un español que intentan hospedarse en el mismo hotel.Había otro que hacía la gracia con una canción de los Beatles, pero no recuerdo exactamente cómo era...
Cuando llega el francés, le comunican que sólo queda una habitación libre, la del fantasma.
-No creo en fantasmas -dice. Pero cuando entra en la habitación, aparece el fantasma.
-¡Soy el fantasamaaa de laaas bragaaas rotaaas!
El inglés da un grito y salta por la ventana.
Entonces va el frances a pedir una habitación y a él también le dicen que sólo queda libre la del fantasma.
-¡Yo no creo en fantasmas! -dice. Pero cuando entra en la habitación, aparece el fantasma.
-¡Soy el fantasmaaa de las bragaaaas rotaaas!
El francés da un grito y salta por la ventana.
Entonces va el español, y le ofrecen la misma habitación.
-¡A mí no me dan miedo los fantasmas! -asegura.
Así, una vez en la habitación...
-¡Soy el fantasmaaa de las bragaaas rotaaas!
-¡Pues toma 5€ duros y cómprate otras!
En fin, ¿a vosotros se os da bien contar chistes? ¿Existe alguno que os haga especial gracia? ¿O que no soportéis? ¡Los comentarios son más que bienvenidos!