No tengo excusas por dejar de escribir tanto tiempo. Les dejo una nota sobre una mujer absolutamente divina con un espectáculo idem y un evento de industrias culturales y creativas.
LA MEDUSA HIPNOTIZADORA
Aurelia es el nombre científico de un género de medusas. También el de una artista multidisciplinar: Bailarina, ilusionista y acróbata. Aurélia Thierrée flota en el escenario, se desliza, se contrae y expande en ese mar eterno que suele ser el escenario. Oratorio fue la primera obra que presentó en España en el marco del XXVII Festival de Otoño en Primavera en la que mostró sus habilidades.
Federico García Lorca trabajaba en una obra en el verano que fue asesinado. Los sueños de mi prima Aurelia también la pudo haber titulado Charles Chaplin como Los sueños de mi nieta Aurelia ya que ese era el vínculo que los unía.
Creció en una familia de artistas y mientras los niños de su edad iban al circo a ver los números que los marcarían por el resto de sus vidas, ella formaba parte de esa troupe (con papá, mamá y hermano mayor) que fabricaba recuerdos perdurables en el escenario. En esta oportunidad trajo el espectáculo Murmurs (murmures, murmullos, y murs, muros) que nace de la pregunta de si las paredes tienen memoria, de si guardan “todas las voces que han escuchado” y pueden “intervenir” en la vida de sus habitantes y “visitantes”.
Aurélia Thierree en Murmurs
¿Hijo de gato caza ratón? Su “devoción” y “oficio”, recalca, es estar encima de un escenario “hipnotizando” con sus poéticas propuestas a la audiencia.
La directora Victoria Chaplin Thierrée creó este espectáculo a medida de su hija, además de colaborar en el vestuario.
Aunque no es mi intención traer a este espacio la crítica, quería dejar constancia de algunas impresiones que me dejó la obra. Aurélia es preciosa y ya por ahí es difícil ser objetivo… Hay algunos efectos “forzados”, (humo por las orejas), algunas transiciones son bruscas, hay un par de vacíos (se llenan muy rápido, ojo) y aunque el ritmo es constante, me queda la impresión de que falta algo. El espectáculo es correcto, me dejó un agradable sabor de boca y una sonrisa en los labios, no me quedé “flotando” como en otras obras de teatro visual. Pero eso es Murmurs, Aurélia me dejó en las nubes, es exquisita. En una de mis realidades paralelas Aurélia y yo celebramos que nuestro hijo ya aprendió a montar en zancos y quiere irse de gira con nosotros. Tenemos una diferencia, yo quiero vivir en Viena y ella no. Entonces me hipnotiza con su mirada y sé que es inútil resistirme, sé muy profundamente que todo va a salir muy bien donde sea que vivamos…
Sólo puedo suscribir la crítica de Donald Hutera en THE TIMES 22/12/2011 sobre Murmurs:
“Delgada y con grandes ojos, esta joven mujer emana un aura tan vagamente atractiva y glamurosa como vulnerable”.
Quise hacerle una entrevista a Aurélia pero por su agenda tan complicada no fue posible, así que tuve que remitirme a Internet. Esta nota me permite iniciar una serie de escritos sobre “mujeres manipuladoras” en España, es decir, dedicadas al teatro visual o de objetos.
WELCOME TO THE JIBBER JABBER. CÓMO SOBREVIVÍ AL ZINC SHOWER
Primero: El Matadero Madrid, espacio cultural actual era el matadero de Madrid, antiguo espacio en el que se “beneficiaban” animales.
Segundo: Si hablamos de Industrias Culturales y Creativas hay que demostrar la creatividad, así que se le ponen batas de baño (albornoz) a los voluntarios. También hay que rebautizar las actividades y espacios en Inglés. Además se decora todo con cartón.
Tercero. Hay que organizar 300 actividades en 3 días. Es mejor que “sosobre” a que “fafalte”.
Cuarto: Hay que pedirle a los 100 Showers, proyectos ganadores, que vendan entradas a familiares y amigos para que vengan a apoyarlos como muestra de su empuje y coraje a la hora de emprender.
Zinc Shower fue el primer meeting-show para emprendedores, inversores y profesionales de las Industrias Culturales y Creativas (ICC) que se realizó la segunda quincena de abril en Matadero Madrid.
Se escogieron 100 proyectos emprendedores y se les asignó un espacio para que los promocionaran. Paralelamente había conferencias, charlas, talleres y espacios/tiempos de “networking”. Me sentí agobiado ante tantas actividades y de tener que cargar con el sentimiento de culpa por no poder asistir a todas (como la de Carlos González Tardón, experto en video juegos, con quien coincidí en mi curso del Incyde). Además de que el tiempo de casi todas las actividades era media hora.
Carton Lab
Coleccion de besos
Quise centrarme en las experiencias inspiradoras y ver de primera mano a los soñadores que concretaron sus ideas. Pero también aproveché para hacer networking. A los pobres showers tuve que dejarlos a su suerte, había experiencias que me parecían únicas y no quería perderlas. Hubo dos proyectos que me llamaron la atención: Carton Lab y Colección de Besos. El primero es una empresa que se dedica al diseño ecológico con cartón y la segunda es una iniciativa de dos hermanos que se dedican a hacer intervenciones urbanas ¡con besos!
Resumiendo, demasiadas actividades y muy poco tiempo para promocionar a los nuevos talentos creativos. Muchas veces tuve la impresión de que los ponentes promocionaban sus servicios y productos antes que ayudar a los participantes. La idea en general fue genial pero el desarrollo ya no tanto.
Nota: Postulé a Paperformances para participar como shower pero no lo aceptaron. No lo digan muy alto para que los organizadores no piensen que ando resollando por la herida, porfa.