Revista Literatura

De por qué me presento a un concurso convencida de que no voy a ganar.

Publicado el 29 julio 2014 por Ars
De por qué me presento a un concurso convencida de que no voy a ganar. El título de esta entrada es un poco exagerado, nadie compra lotería sin un pequeño resquicio de esperanza. Pero soy de ese tipo de realista que piensa que, a pesar de la esperanza, la lotería no le va a tocar ni echando.  Aun así, decidí presentarme porque tenía la novela preparada y era una buena manera de darla a conocer. Esa es la razón sincera y simple. No tengo una legión de lectores, ¿para qué os voy a engañar? No soy superventas, ni bestseller y no me paran por la calle para pedirme un autógrafo. Y menos mal, porque mi firma da pena. Pero no me quejo porque los lectores que tengo se quedan siempre con ganas de más.  Los que me leen, repiten, y eso parece que me envía un mensaje.  Esto de la escritura es un camino arduo. No, perdón, nosotros los escritores lo convertimos en un camino arduo cuando nos generamos expectativas que no se sostienen más que en nuestros deseos.  De por qué me presento a un concurso convencida de que no voy a ganar. Cuando empecé a escribir lo hacía en todas partes. Estaba en un bar con los amigos y cogía una servilleta para escribir algo que se me había ocurrido. Cuando me sentaba a ver una peli en casa, iba siempre con una libreta donde apuntaba ideas que me atacaban en plena trama.  Cuando empecé a escribir no había expectativas, solo disfrute. Aquello era solo para mí, nunca nadie iba a leer todas aquellas libretas... Y qué razón tenía al pensar eso, porque mi madre, en uno de sus arranques de limpieza, vació los bajos de mi armario y los dejó limpios como la patena. No tengo ninguna de aquellas libretas, ni servilletas de papel, ni hojas sueltas.  Y no pasó nada. El Mundo siguió girando y yo seguí escribiendo.  Las expectativas son las que generan frustración. Por eso no las creo. Las expectativas, digo. Y esa actitud es mi secreto para mantener una equilibrada salud mental.  Yo, escribo. Tú, me lees. Si quieres, claro. Fin de la ecuación. ¿Esto es una ecuación? Es que yo soy de letras.   De por qué me presento a un concurso convencida de que no voy a ganar. Todas las imágenes son obras de Rafal Olbinski, artista nacido en Polonia y formado en el Departamento de Arquitectura del Colegio Politécnico de Varsovia.

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