En Santiago, 22 de diciembre de 2019.
Desde hace casi un mes que ya no puedo escuchar la música que quiero al manejar. Se confabularon las cosas para que se muriera la única radio de música clásica del dial, cambiara de auto a uno que no tiene ni entrada para discos ni para usb ni para nada más que lo poco que se pueda encontrar en el dial.
Y ya me tiene cansada.
Porque la música le pone sabor al día. Mejora el ambiente, da las energías necesarias para sobreponerse a cualquier malestar, exacerba las emociones, recompone espíritus.
Y no tener ese apoyo, esa compañía, me está afectando. Me tiene huérfana.
Porque no es algo tan tremendo para pedir, escuchar la música que quiero y necesito escuchar.
Por eso exijo a los astros que vuelva la música a mi vida. Ahora Ya.