No es raro que una empresa obtenga beneficios extra diferentes de su línea de negocio principal. Pensemos en un zapatero que tiene una empresa fabricante de calzado. Nuestro amigo puede tener una nave industrial que puede dejar vacia y alquilarla a otra empresa. O quizás una de las fachadas de la empresa tiene una posición estupenda para poner un anuncio, así que alquila ese espacio para anuncios. En ambos casos los ingresos principales de nuestro zapatero vienen de la venta de calzado. Los ingresos por publicidad o alquiler son agradecidos pero mucho menores.
¿Qué ocurriría si a nuestro amigo el zapatero le comenzase a entrar más dinero por las actividades extra como el alquiler o la publicidad que por la venta de zapatos? Los resultados podrían ser de lo más variopintos.
Esto es lo que está ocurriendo en sectores tan diferentes como páginas web, aerolineas de bajo coste o clubes de fútbol.
Hemos hablado mucho ya en este blog sobre cómo Ryanair utiliza a tope otras formas de ingreso como espacios publicitarios, ayudas de ciudades donde aterrizan o contratos con hoteles donde llegan sus aviones. Ryanair se dió cuenta de que sus pasajeros no eran sólo clientes sino también producto para ofrecer a otros.
Las páginas web tampoco son una gran novedad en este sentido. Hace ya tiempo que sabemos que la principal fuente de ingresos para muchas de ellas son los anuncios. Así que ahora tenemos una gran empresa tecnológica como Google que, al fin y al cabo, es un inmenso espacio publicitario. Google crea nuevos productos para poder tener nuevos espacios publicitarios disponibles. Los usuarios de sus servicios no somos sus clientes, sino el producto que Google ofrece a otros. La idea no es rompedora, así han vivido siempre la televisión, la radio y los periódicos.
Pero lo que yo nunca me había planteado es el cambio de modelo de negocio de un club de fútbol. A raiz de todo el revuelo levantado por el mega-super-todo-lo-que-quieras fichaje de Cristiano Ronaldo hemos oido algunos comentarios definiendo al club blanco como un creador de contenidos. Y creo que han acertado.
Un club deportivo necesita, gasta y gana mucho dinero. Sus principales ingresos ya no provienen de ganar títulos y vender entradas. Como nuesto zapatero del comienzo de la historia, empezaron a vender sus partidos a televisiones porque a la gente les gustaba verlos. Pero han llegado al punto donde sólo "hacen zapatos" para mantener esos espacios de publicidad. Ahora ganan dinero vendiendo sus partidos, anunciando productos en las vallas, paseando a sus jugadores, haciendo anuncios con ellos... lo que más les da dinero es todo el hype montado alrededor de sus estrellas.
Aquellos ingresos extra que se agradecian por ser una ayudita, son ahora la fuente principal de ingresos de los grandes clubes. Sus futbolistas ya no son sólo productos deportivos, son estrellas. Necesitan jugar bien al fútbol, pero es imprescindible que sean guapos y tengan carisma. Firmar autógrafos es parte importante de su contrato de trabajo.
Si Tom Cruise gana millonadas por hacer una película de 90 minutos. ¿Cuánto debería ganar una estrella que hace películas de 90 minútos cada semana? Con el añadido de que no se puede acceder a este contenido más que pasando por caja, porque bajarte un partido de internet no es muy común una vez se conoce el resultado.
Los futbolistas deben saber que su amor al balón les puede llevar a desembarcar en un mundo más parecido al cine que al deporte rey.
Las aerolíneas de bajo coste son proveedoras de turistas a ciudades, las empresas de internet son inmensos tablones publicitarios y los clubes de fútbol son creadores de contenidos.
¿Intrigado por ver que será lo siguiente?
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Del balón al cine
Publicado el 24 junio 2009 por NachoTambién podría interesarte :