Revista Literatura

Después de Escribir un Libro (Parte 3) – La Estructura

Publicado el 28 septiembre 2015 por Cabaltc

Siguiendo con la nueva serie de artículos sobre todo lo que hay que hacer Después de Escribir un Libro, hoy vengo a hablaros de la primera parte de la Estética Interna de vuestro libro: La estructura.

Para aquellos que no hayáis leído los cinco artículos que preceden a este, y para facilitaros el acceso a ellos, os dejo aquí con los enlaces y un ultra resumen de su contenido.

  • Cómo escribir un libro #1 – ¿Qué hacer antes de empezar a escribir? Idea, trama, planificación, puntos de inflexión y personajes.
  • Cómo escribir un libro #2 – ¿Qué hacer durante la escritura? Escribiendo, planificación periódica, revisión de estructura, borrador y revisiones.
  • Cómo escribir un libro #3 – ¿Qué habrá que hacer después de escribir?
  • Después de escribir un libro #1 – Como crear un buen título
  • Después de escribir un libro #2 – Como diseñar una buena portada

Así que hoy, para empezar con el capítulo sobre la estética interna de un libro, voy a hablaros sobre su estructura.

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Después de escribir un libro

Muchas son las cosas que un escritor novel desconoce acerca del proceso de publicación de un libro. El fallo más común es pensar que un escritor escribe. Error. Un escritor debe hacer muchísimas cosas además de escribir: pensar en su historia, planificarla, revisarla, ordenarla, corregirla, maquetarla… Y, después de escribirla y haber hecho todo eso, aun tiene las últimas 6 fases por delante.

En este artículo tenéis un resumen de cada una de esas 6 fases extra, pero aquí os dejo la simplificación de los tres bloques que conllevan:

  1. Estética externa – Parte 1 y Parte 2
  2. Estética interna
  3. Parte comercial

Para comenzar con el segundo punto, la parte estética interna, hoy quiero hablaros sobre la estructura de vuestro libro.

Este es un punto sobre el que podéis encontrar mucha bibliografía por internet y sobre el que espero no extenderme demasiado. Lo que sí me gustaría conseguir es daros unas pinceladas sobre qué es importante mirar en vuestro libro para que los lectores no se lleven sorpresas desagradables.

La Estructura

Cuanto más avanzamos en las 6 fases de después de escribir un libro, menos creativas y dependientes del escritor son, y más estándares se empiezan a convertir. La estructura del libro, de su trama y su historia, es quizás la última que debe quedar a la plena libertad del escritor.

Es importante destacar que este análisis es el más importante de todos. Es el que más trabajo os puede llegar a dar y del que más depende la calidad de vuestra historia. Prestad especial atención a la revisión de vuestra estructura (y hacedlo con suficiente tiempo) porque los fallos estructurales suelen implicar una cantidad de horas de trabajo en reescribir y adaptar los cambios nada desdeñable.

Os invito a leer mis 7 pecados capitales escribiendo mi novela. Allí veréis una serie de errores que me han costado muchos meses de trabajo. Soy de los que piensa que siempre ayuda ver dónde han fallado otros para evitar caer en los mismos problemas.

Sin embargo, volviendo al tema que nos atañe, a pesar de seguir siendo un elemento más con el que un escritor puede jugar y sorprender a sus lectores, hay ciertas normas básicas que se deben tener en cuenta a la hora de estructurar una novela. De hecho, para partir de una base común a la mayoría de las historias (yo diría que al 99%), voy a utilizar el esquema básico que a todos nos explicaron cuando éramos pequeños en el colegio. Y esa estructura básica consta de tres partes:

  • Introducción
  • Nudo
  • Desenlace

Aunque seguro que todos conoceréis al menos un caso de ese 1% restante en el que esta estructura no se ha seguido. Hay libros que empiezan por el final y desarrollan la historia después, o libros que obvian el desenlace, u otros en los que no hay una clara separación entre ninguna de las fases. Pero, para ponerlo todo sobre el mismo prisma, asumamos que somos unos escritores del 99% más habitual.

Es importante que hayamos planificado bien la evolución de nuestro libro. Sin embargo, todos sabemos que a veces la historia nos pide continuar por sitios que no habíamos previsto. Así que una vez tenemos todas las escenas de nuestro libro escritas, es hora de analizar si el texto resultante tiene la fluidez adecuada. Si desvelamos la información de modo dosificado o si hay partes más pesadas que otras.

Para ello es interesante detectar los cinco puntos clave de cualquier novela. Su ubicación dentro de nuestro libro nos dará una idea de la distribución del ritmo de la historia (idealmente situados de manera equidistante unos de otros).

La estructura de una novelaLa estructura de una novela

Las escenas clave

Como decía, cinco son las escenas clave de cualquier historia. Estas, más o menos, están dispuestas de manera equidistante a lo largo de un texto, y marcan la separación entre cada una de las partes del libro:

Gancho

No tiene mucho misterio. Es el principio del todo. Es donde captamos con fuerza la atención de nuestros lectores. Tiene que ser una escena tan atractiva como para que les enganchemos y no dejen de leernos.

Tened cuidado si vuestra primera escena no es lo suficientemente impactante, quizás deberíais pensar en reestructurar vuestra historia para situar una parte importante de ella al principio. O al menos una pincelada de esa parte.

Primer giro

La introducción de un libro suele ser la parte más tranquila. Básicamente dedicamos unas cuantas páginas (o muchas) a que el lector conozca a nuestros protagonistas y su historia. Siempre es importante que los lectores empaticen con los personajes. Pero hay algo que les tiene que sacar de su rutina. Es ese algo el que hace que su mundo se tambalee y marque el inicio real de la trama (el nudo).

Ojo, hay libros que tardan demasiado en despegar y se hacen muy tediosos y otros que empiezan demasiado abruptamente sin dejarnos respirar. Ninguna opción es mala per se, pero tenéis que tener claro cuál es la vuestra y si cuadra con vuestros objetivos.

Punto medio

No creo que esta escena sea estrictamente necesaria, ya que puede ir dándose a lo largo de varias de las escenas que escribáis, pero sí que suele ser muy importante. Después del inicio de la historia real, el protagonista suele ser un elemento más o menos pasivo en la historia. Lo normal es que se vayan sucediendo ciertas circunstancias que le obliguen a actuar, hasta que, finalmente, decide pasar a la acción.

¡Cuidado!, si vuestro protagonista nunca entra en acción, o la acción la llevan a cabo siempre otros personajes… tenéis un problema. O bien está mal enfocada su historia, o bien el protagonista natural debería ser otro personaje.

 Segundo giro

Después de la catarsis debido a la cual el protagonista pasa a llevar las riendas de su historia, debe haber un punto de ruptura en el que el lector tenga la necesidad de seguir leyendo hasta enterarse del final. Este momento suele marcar el fin del nudo y el inicio del desenlace, y también suele implicar que todo está perdido para el protagonista.

Es un momento de ruptura en el que el protagonista, de una manera u otra, debe tomar una decisión. Y esa decisión será la clave de todo lo que suceda. Por poner un ejemplo tonto y fácil, suele ser el momento en el que, en una novela policiaca, se determina quién es el culpable. Aunque todavía falta capturarlo.

El peligro de no tener esta escena, es que media novela nuestra se diluya sin sobresaltos. Amigos escritores, los lectores están ahí para que les hagamos tambalearse, si nuestra historia no les hace vibrar…

Desenlace

La resolución de todo. Una escena que algunos autores suelen preferir no escribir, dejándonos a los lectores con una sensación agridulce. Sois libres de hacer lo que queráis con esta escena, incluso colocarla en puntos del libro en los que no sea habitual.

Por ejemplo en uno de esos libros que me ha gustado mucho de este año, Khimera, de César Pérez Gellida. En él conocemos el desenlace mucho antes de que termine el libro. Siendo las últimas 50 ó 60 páginas una especie de explicación de este desenlace. Muy necesaria por cierto.

El ritmo

Y con todo este maremágnum de escenas, tenemos que ser capaces de mantener un equilibrio. Ese equilibrio (o desequilibrio) que adoptemos marcará el ritmo de nuestra historia.

Si queremos que la acción predomine en nuestro libro, eliminaremos la mayor parte de escenas intermedias en las que cualquiera de los personajes analice o piense las consecuencias de las escenas anteriores (las llamadas secuelas de una escena). Aunque hay que tener cuidado con una sobredosis de acción, hay escritores a los que les gusta abusar de ella, como Greig Beck en su Proyecto Arcadia o en su Esfera de Arak.

Si, por el contrario, queremos un ritmo más lento, lo que haremos es rellenar los huecos entre estas cinco escenas básicas con gran cantidad de secuelas de las mismas. Dotando a nuestra novela de mucho texto, muchos análisis, muchos pensamientos e introspecciones que harán que su velocidad disminuya considerablemente.

Un gran ejemplo de este tipo de novelas son las tres correspondientes a la trilogía de Southern Reach de Jeff VanderMeer (cuyas reseñas podéis encontrar aquí y aquí), en las que sucede poco pero se te hace pensar mucho al respecto de lo que sucede.

Y si por algún casual os encontráis en una situación de ritmo desigual, con una parte excesivamente activa y otra demasiado pasiva… tendréis que reordenar todas vuestras escenas para equilibrar la distancia que haya entre vuestras 5 escenas clave. Hasta conseguir una estructura de dientes de sierra en la que la acción suba y baje de manera más o menos constante y que dé fluidez al texto.

Conclusión

Vosotros tenéis que decidir qué ritmo queréis marcar. Eso si, es vuestra obligación comprobar que habéis conseguido el efecto que deseáis, y en vuestra revisión de estructura tendréis que aseguraros de modificar lo necesario para alcanzar ese efecto.

El hilo argumental es totalmente flexible, el orden de las escenas es intercambiable prácticamente siempre (con una pequeña o enorme labor de reescritura) y es vuestro as en la manga para conseguir que vuestra historia tenga la fluidez que necesitéis.

Aunque soy de los que piensa que una buena planificación inicial debería solucionar en un 99% este tipo de problemas estructurales.


Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal.

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