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Día 571: Delirios de una insomne

Publicado el 06 junio 2018 por Ana Vazquez @vampyevil
Día 571: Delirios de una insomneSon las cinco y veintiseis, todavia quedan unas cuantas horas para que despierten los primeros rayos de sol y los pajaros revoloteen por las ramas de los arboles con sus bellos cantos.
El viento sopla pero no con la violencia de otras noches si no mas bien como un susurro de nana que te invita a volver a la cama a descansar, pero no puedo, no tengo sueño, una blanca lechuza me vigila desde lo alto de un pino queriendome hacer compañia, pero sabe que no se podra quedar mucho tiempo, pues tiene que buscar alimento.
Día 571: Delirios de una insomne Vuelve la brisa, ahora mas fuerte y sacude a las palmeras haciendolas parecer simpaticas bailarinas moviendo sus cuerpos y pelos a su aire, mire pero la lechuza ya se fue, entonces mis ojos se dirigen a otro punto, algo se mueve, simpatico gatin callejero ha saltado  para refugiarse en la casa vecina. Anhela sentir el calor y la proteccion pero no renuncia a su libertad. Las constelaciones se dejan ver en su maximo esplendor  Draco, Geminis o la Osa Mayor son algunas de las que puedo ver junto con la gran dama de la noche la luna solitaria en lo alto nos vigila a todos. Sola pero imponente, su luminiscencia alumbra mas que cualquier farola de la calle, sola pero imponente, sus crateres y mares hacen parecer que tiene cara, una enorme efigie que enamora a unos y es la terrible pesadilla de terror para otros, se ven nubes en horizonte, nubes entrelazadas, musculosas que dan al cielo una forma visual de fuerza y rudeza. La iluminacion de poblaciones contiguas proyectan en ellas una claridad que parece que esas formas musculosas tengan nervios. Aquí sigo yo sin que nada pase a mi alrededor...o si?? Pequeñas flores nocturnas aparecen a mis pies, que buscaran ellas en la oscuridad de la noche?acaso no quieren saber nada de esa bola de fuego que nos calienta y nos da la vida??
Día 571: Delirios de una insomne
El Sol no parece gustarlas y prefieren la tranquilidad de la noche, el viento vuelve a soplar, cimbrea los frutales sin hojas ni fruto, pero llenos de fuerza y vitalidad van sacando timidamente pequeñas ramitas que mas adelante daran paso a jugosos y sabrosos frutos, mis oidos han empezado a sentir el silencio absoluto. Quizas esa tranquilidad es la que haga que me vuelva a la cama y descanse quizás es porque no ha pasado de nada o ha pasado de todo. Es sorprendente ver la maquinaria de la vida corriendo sin parar... antes de ayer habia nieve, ahora (puede que en el norte siga haciendo frio) pero los campos ya no lucen igual.
Todo sigue girando...
Día 571: Delirios de una insomne

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