Diario de una bebedora compulsiva de cerveza en dique seco:
Lunes 2 de Septiembre. Soy de naturaleza débil, creo que tengo depresión post vacacional... y como no, un "souvenir" de tocino en mi cintura. Desde que volví del crucero no he podido recuperar la sonrisa, esto es inhumano....¿donde está la cola de la metadona?, desde ayer tengo un horroroso síndrome de abstinencia, no encuentro ni la cerveza, ni la tumbona, ni la piscina con su Bingo ni por supuesto hay ni rastro del Capitán por ninguna parte....algo no va bien, debería ser denunciable en algún organismo pro-gandules... no sé... un algo que me hiciese tener una pequeña esperanza, ver un hilo de luz al final del túnel...una ayuda, una paguica o algo... no sé... piense usted a ver si se le ocurre algo ocurrente que yo tengo el cerebro lleno de pájaros y el pelo como la estopa de los fontaneros por culpa del sol, el salitre y los cloros de las piscinas, que dicho sea de paso, eso también debería ser denunciable en algún foro de rubias de bote con el pelo frito después del verano, que para que usted lo sepa somos un colectivo muy grande y no tenemos ni ley que nos ampare ni perrito que nos ladre, solo las tijeras cortadoras de flequillos que nos llaman desde el cajón del mueble del lababo cual cantos de sirena... tengo miedo, mucho miedo a Septiembre....
Y todo por culpa de las puñeteras vacaciones, pasa una el año entero esperando que llegue el momento y cuando llega, el tiempo pasa sin que te des cuenta más que por el estado de tu cabellera y el tamaño de tu cinturón de bacon... y luego te deja traumatizado durante varios meses, don Agosto te habla desde el pasado y te dice "ahí te quedas con los colaterales y tu Septiembre, con tu pelo frito, tu flotador y tus Corti-coles, las colecciones de abanicos en tu kiosko más próximo y los cursos de guitarra de CCC... allá te las apañes guapa"..
Pero a pesar de todo, yo he de confesarle que este año han sido unas vacaciones idílicas, difícilmente superables y geniales.... Y es que un crucero es un estado natural perfecto, mire usted lo que le digo.... lo más...
Aunque tengo que confesar que no empezamos con buen pie...
Así comienza hoy mi historia,
DIARIO DE A BORDO:
Día 1 Llegada a Barcelona: Te levantas a las cinco de la mañana y tras hacer un Tetris en mi maleta y otro en la maleta de los niños (tres Tetris son muchos Tetris y no comen trigo en ningun trigal pero ocupan un bonito espacio) hubo que hacer un tercer Tetris en el maletero del pobre Ford (maletas para cinco para una semana se escribe pronto pero hágase cargo...)
Luego los cuatrocientos y pico kilómetros que nos separan de Barcelona (si usted tiene hijos sabrá que antes de darle al contacto de la llave para arrancar ellos preguntan "mami, ¿cuanto falta?", así que durante 400 km hágase cargo...)
Llegada a Barcelona, deshaces el tercer Tetris y recorres malviviendo unos trescientos metros con él a cuestas hasta llegar a la puerta de embarque de un gran barco que va a ser nuestro hogar a lo largo de la semana. (5 maletas, 5 bolsos de mano y un graaaaaaaaan perchero que no facturé y llevamos a cuestas a pesar de sus 25 o 30 kilos durante dos o tres horas)Lo del perchero merece mención especial en este diarío y mire usted que se lo voy a explicar. Cuando oí la frase del chico que nos atendió "el perchero si lo factura se va a arrugar un poquito"... mi cara se desfiguró y sentencié "no no, pues entonces lo llevamos nosotros"
El perchero en cuestión es una de esas bolsas de tela tan monas que te dan en las tiendas cuando te compras un vestido de fiesta. Largo y con una cremallera, con una capacidad para 1, como mucho 2, y si nos empeñamos 3 perchas con sus vestidos....Vale, pues yo metí 7 perchas con 5 o 6 prendas de ropa colgadas en cada una (saque la cuenta). Cuando cerré la cremallera parecía el cadáver de Falete.
Mi costi me odió y no lo culpo. Créame: allí estábamos nosotros en esa cubierta del barco esperando nos dejaran ir al camarote, 12 del medio día, con los 5 bultos de mano y el cadáver de Falete, bajo un sol de justicia y con dos niños (que por si usted no lo sabe yo se lo diré: son repetidores compulsivos de frases y demandas) que repetían una y otra vez "yo me quiero bañar, yo me quiero bañar yo me quiero bañar, jooooo por qué no me puedo bañar?, cuando nos dan nuestro camarote que yo me quiero bañar!! cuando nos lo dan? mami, mami, me puedo bañar?" ....Hágase cargo... y mi costi miraba a Falete, me miraba a mí y no hablaba, pero vi su mirada, sé que me odiaba, sé que lo hacía ....
Por fin nos dejaron ir a nuestro camarote, le hicimos la autopsia a Falete y nos dirigimos al comedor para comenzar un periplo de siete días por un millón de bandejas repletas de comida calórica a la que no puedes renunciar aunque te salga el bacon con huevos por las orejas... ese es otro cantar gitano al que haremos una mención especial también en el futuro.
Estábamos ya tomándole el gustillo al barco cuando llegó el simulacro.... sepa usted y si no lo sabe ya se lo digo yo, que cuando vas a un crucero te obligan a hacer un simulacro de evacuación. Y eso da muy mal rollo oiga... empiezan a sonar las sirenas, la gente corriendo escaleras abajo como alma que lleva el diablo y entonces según tu número de borrego te meten en una sala u otra. La nuestra por lo menos fue el precioso comedor de enormes lámparas de lágrimas y sillones de terciopelo.... allí te llevan y entonces aparecen dos chicos muy majos ellos que te explican como ponerte el chaleco salvavidas (cosa nada sencilla porque lleva más correas que el accesorio de Houadini el mago escapista).
Pero lo mejor era la música de fondo durante el simulacro: la banda sonora de Titanic!!! sí!!! como se lo cuento..... ¿eso qué es para pitorrearse de los pardillos nuevos pasajeros o para darle más veracidad al tema??... chico pues ya que estaban nos podían haber pasado un vídeo del Costa Concordia no te digo.... sepan que a mí me entro un "canguelo" que se me cerró el cuerpo hasta el día que volví a Barcelona... menuda gracia!
Por la tarde tras ver que efectivamente era un simulacro y que el barco seguía flotando llegó la toma de contacto por sus tiendas, sus piscinas, su spa, su pista de hielo, su teatro, su biblioteca, su sala de ordenadores, sus restaurantes..... sí, yo también flipé en colores.... y como no, su Casino, lugar en el que se fumetea por doquier y dejan entrar a los niños como Pedro por su casa (cuando vi la tragaperras de las Princesas Disney creía que lo estaba soñando, si yo llego a trabajar en servicios sociales me llevo por delante media tripulación).
Fueron muchos los personajes que en ese barco descubrimos: El fanfarrón del Casino, su mujer New York New York, la Mami Chupi Dancing, la asquerosa, el mocico, etc etc... pero para todos esos voy a dejar pasar unos días y relataré mi diario de a bordo por partes, que para un primer día la cosa estuvo bien intensa.Pero hasta a lo insólito se habitúa uno y fíjese que a partir de ahí todo fue rodado: comer, beber cerveza, salir de excursión, comer, bañarnos, comer, beber cerveza, dormir, comer, ver espectáculos, beber cerveza, comer, pasear, comer, patinar, comer, surfear, comer, tomar el sol, beber cerveza, comer, beber cerveza, comer,...... tanto es así que entre todo eso y el cuerpo cerrado gracias al puñetero simulacro cuando llegamos al Puerto de Barcelona bajamos del barco: los peques, mi costi, el cadáver de Falete y su hermana secreta... y fue entonces cuando el nivel del mar Mediterraneo bajó 4 centímetros.
Y aquí me encuentro, enemistada con la lavadora, con la plancha, con Farmatint y con CCC, llorando por los rincones, comiendo papel asado y lombrices y bebiendo "Redu-gras" para poder embutirme en mi precioso vestido blanco y no parecer un clic de Playmobil estas fiestas... aunque mire lo que le digo....si me ven la cara lila y tirada en el suelo llevaré un cortafríos en el bolso y un cartel que diga: "En caso de desvanecimiento, sin piedad, cortar la faja"....