Revista Talentos

Dignidad for export

Publicado el 11 mayo 2013 por Perropuka

Dignidad for export

Foto: Los Tiempos.com

En un arranque de lucidez y firmeza de carácter sin precedentes, Evo el Austero decidió expulsar a USAID para “nacionalizar la dignidad, haciendo realidad el sueño de muchos abnegados guerreros antiimperialistas cansados de la intromisión norteamericana, sospechosa hasta de provocar terremotos, sequias, inundaciones o de inocular males incurables, como se denunció en un país caribeño.
El mandatario plurinacional ya estaba cansado de que los yanquis sigan financiando programas para desestabilizar al gobierno más democrático de la región, ejemplo de respeto a los derechos humanos y paladín de las reformas sociales y culturales. Como centro irradiador de conocimientos ancestrales y nuevos valores de conducta había que dar el ejemplo, que el mundo estaba expectante de las acciones de nuestro valeroso y delicioso país.
Décadas antes, el Che y sus guerrilleros habían aterrizado en nuestros bosques para iniciar la lucha revolucionaria y que se expandiría por todo el continente. El guerrillero argentino tuvo que pagar con sus huesos tamaña ambición, pues era demasiado mortal. Pero el destino nos tenía preparada una sorpresa. La Pachamama sería la cuna de la revolución genuina. Estaba por llegar el libertador que sacudiría el yugo de las naciones sometidas, nacido bajo el manto del arcoíris y refulgente de energía cósmica como rayo de sol. Nos hacía falta el Elegido para devolvernos nuestra dignidad secuestrada.
Apenas sentado en su trono con las dos varas de poder que le conferían la autoridad suprema, cual Wiracocha encarnado, el primer emperador del Estado Plurinacional empezó a lanzar decretos a diestra y siniestra. Lo primero, darle un pellizco al gobierno norteamericano a través de la expulsión de su embajador en La Paz. Paralelamente se decretaría la salida de la DEA, para “dignificar” la lucha contra el narcotráfico. Así lo habían ordenado los sindicatos cocaleros del Chapare, cansados de que el organismo antidrogas husmeara en sus cultivos excedentarios. (Se sabe que más del 90% de la coca chapareña no va al masticado inocente). De pronto, los ratones se comprometieron a cuidar el queso, mientras el gobierno nacionalizaba la política antidroga. 
Nacionalizar hasta el aire que respiramos parece ser la misión trascendental del gobierno. Amén de las empresas petroleras, mineras, eléctricas y telecomunicaciones, que se han convertido varias de ellas en nidos de corrupción y deficitarias, Evo el Austero tuvo hasta la idea cojonuda de “nacionalizar” la Empresa de Luz y Fuerza de Cochabamba, ELFEC, que había sido capitalizada por inversionistas locales. Se puso de moda, que cada año, con motivo del día internacional del trabajador, el mandatario nos amanecía con una nueva nacionalización como regalo al pueblo boliviano. Era toda una fiesta, tomar las instalaciones de esas empresas con soldados y banderas como si fueran un botín de guerra. Y después, en sus numerosos viajes, el presidente anima ingenuamente a empresarios extranjeros a invertir en Bolivia. 
“Hoy día sólo vamos a nacionalizar y profundizar nacionalizando la dignidad del pueblo boliviano", declaró Evo, en ocasión del anuncio de la expulsión de Usaid de suelo boliviano. Lo paradójico del asunto es que, la región del Chapare es la mayor beneficiada con los proyectos de esa agencia estadounidense. A lo largo de más de dos décadas, había invertido millones de dólares en proyectos de desarrollo alternativo, caminos vecinales, agua potable, electrificación y programas  de salud. Y que ahora se la acuse de intromisión en la política interna suena a excusa y política demagógica. Si de verdad tiene algún poder de manipulación debe de ser muy sutil, en un país tan chiquito como este, donde hasta el vuelo de una mosca es tema noticiable. Si Evo y sus cocaleros se sienten tan dignos harían bien en devolver esos dineros tan sucios y manchados del imperio que han construido esos caminos empedrados por los que ahora circulan en sus coches ilegales.
Y suena más irónico aún que, el portavoz de esa supuesta dignidad sea el ministro de la Presidencia, conocido por sus declaraciones rabiosas contra el gobierno norteamericano, mordiendo la mano de quien le dio de comer en otros tiempos. Para nadie es desconocido que este personaje, ex militar de profesión, fue formado en la tristemente célebre Escuela de las Américas, institución responsable de haber entrenado a los elementos más funestos de las dictaduras latinoamericanas. Cuando fue consultado al respecto, el ilustrísimo ministro quiso hacernos creer que fue becado por sus excelentes calificaciones y que, como buen subalterno, no podía negarse a viajar para efectuar esos cursos. En resumen, otro que lo hizo por obligación, sin querer queriendo. 
Ahora se dice que otros pueblos sojuzgados del planeta están tomando nota de nuestro heroísmo. Embanderados de las exportaciones no tradicionales, nuestro principal know how o producto estrella había sido la marcha unida al bloqueo, solo nosotros sabemos hacer mejor que nadie el bloqueo de las mil esquinas. Ya nos imitan en los países vecinos para orgullo nuestro. Hace poco exportamos también “justicia a la boliviana”, como fue deseo expreso del caudillo. Ahora sale lo nuevo de las fábricas: dignidad para exportación. Y gratis, además.
¿Será que mañana, con el  nuevo amanecer, nacionalizaremos el mar, que hace más de un siglo está en manos de una monstruosa organización transandina?  

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