Discreto

Poco a poco van consolidándose mis poemas eso si fuera de España como corresponde a alguien desubicado como yo.Lo que escribo lo leen alemanes, rusos y algún americano despistado que tienen a bien dedicarme un poco de su tiempo.Tengo lectores muy discretos que se abstienen de realizar ningún comentario, exceptuando aquellos que intentan venderme viagra y otros productos aprovechando la posibilidad de realizar aportaciones a los textos que ejecuto, con mayor o menor diligencia según el dia, no siempre estoy inspirado, cierto es que si por mi fuera escribiría a saltos y de modo discontinuo, pocas son las ocasiones en las que me siento realmente satisfecho del resultado final.Mi reto es demostrarme que puedo escribir diariamente aunque haya jornadas en que pueblen mi cabeza más nubes que palabras y adjetivos.Después de todo prefiero foguearme en mi espacio personal, para no molestar a ningún editor con mis nueras y guerras mentales que según el momento pueden ser incontables.Antes peleaba por agradar a los demás ahora, eso ha cambiado solo trato de reconciliarme conmigo mismo, llevo demasiado tiempo peleado hasta con mi sombra, por no decir de mi corazón, el cual directamente solicito asilo en una embajada de un país desconocido, alegando que soy demasiado estresante e insoportable y que detesta alguien tan sumamente peleón que guerrea hasta con el mismo, solo por deformación profesional.No se lo reprocho mis musas dicen que mi compañía les va bien por horas, pero que un día entero, es demasiado asfixiante.Quizás por ello el único que se alegra de verme cada cinco o diez minutos, es un cuadrúpedo ladrador, para él, no tengo malicia.Sospecho que todo lo demás es producto de mi mente y empiezo a pensar que la vida es una mentira o una función de circo, donde algunos llegamos tarde al reparto de papeles y nos toca improvisar.Lo malo de improvisar sin tener oído para música, es que desafinamos y estamos fuera de lugar, como notas atonales.Es lo que tiene esto de la inspiración ,no viene siempre que la necesitas, aunque siempre  quedara el consuelo de la poesía, a pesar de las ausencias con nombre de mujer, encomendarse a las musas es como ir al casino…