Educarse uno mismo

Siempre estamos en un estado de permanente aprendizaje, no es algo siquiera voluntario, así es como la vida funciona. Todo está siempre en evolución, yendo de una cosa a otra hasta encontrar lo que funciona en un contexto dado. En verdad cada día aprendemos algo nuevo, a veces es algo que nos impacta y cambia, otras veces algo pequeño casi insignificante.

Siendo el aprendizaje y la curiosidad estados naturales de la condición humana, resulta interesante que como sociedad hemos decidido que se requiere de una estructura pensada y diseñada por nosotros para aprender ‘apropiadamente’. El problema con este sistema ‘formal’ de aprendizaje es que para funcionar tiene que cuidarse a sí mismo, su objetivo se ha tornado algo difuso al tener que concentrar buena parte de su energía y atención en hacer que el sistema ‘funcione’, sobreviva.

Y para mantener el sistema es que hemos terminado con un pila de requisitos para aprender, enseñar y avanzar dentro de cualquiera de ambas áreas. Ya no buscamos conocimiento motivados por nuestras propias preguntas, sino que lo hacemos preocupados por cumplir requisitos impuestos por el sistema que debería motivarnos a hacer más preguntas. Sí, en vez de eso nos dice que las respuestas a lo que preguntamos son determinados requisitos.

Pienso que la principal función de una escuela debería ser enseñar a aprender. Y, como ya mencioné, es algo que todos sabemos hacer y que olvidamos al enfocarnos en cumplir restrictivas metas educativas. Por eso creo que debemos volver a una forma más natural y orgánica de aprender: simplemente ir hacia donde nuestra curiosidad nos lleve.

Si lo piensas, así es como has aprendido todo aquello que te importa y en lo que eres bueno, lo aprendiste porque te interesaba. Incluso, si volteamos a ver esa época de gran desarrollo y descubrimiento que fue el Renacimiento, vemos que la gente de esa época buscaba libremente el conocimiento que querían y necesitaban. Así es como en realidad se aprende. Todos lo sabemos, pero también está esta extraña idea de que sólo en las escuelas se aprende ‘de verdad’.

Quizá parte de esta creencia se deba que uno en aislamiento poco puede aprender o porque se avanza muy lentamente. Pero aprender por uno mismo, ser autodidacta, no consiste en encerrarse a solas, sino en encontrar e integrar conocimiento.

El ciclo de aprender de manera natural y autodidacta es un poco así:

• Descubrir qué te interesa, reconocerlo y apartarlo del ruido de la vida cotidiana.
• Encontrar fuentes de aprendizaje (personas, grupos, puntos de reunión, recursos, …).
• Adentrarte en el nuevo conocimiento a tu disposición.
• Conocer el territorio global de lo que estás aprendiendo, reconocer de él lo que necesitas.
• Preguntarte constantemente: ¿ya aprendí lo que requiero? y ¿qué quiero aprender ahora? (las cuales son más o menos la misma pregunta).
• Seguir profundizando o buscar algo diferente (es decir, profundizar en tus intereses).

Personalmente, te recomiendo que te vuelvas muy hábil en las siguientes áreas (si alguna es de tu interés):

• Aprender a aprender
• Auto observación y autoconocimiento
• Cambiar tu forma de ser, aprender a crecer
• Observación y percepción del mundo (usar tus propios recursos)
• Relacionarte con otros

Este último punto es importante porque todos somos maestros y alumnos, de todos se puede aprender, pues cada persona (y animal, planta, objeto, cosa lugar ) tiene una parte diferente a la tuya de esta experiencia completa que es la vida.

No olvides, siempre estás avanzando y las escuelas sólo son un paraje en el camino de aprender del mundo, todo el recorrido depende de ti y tu actitud hacia aprender. No desarrolles fijación hacia cierta forma de conocimiento, eso te detiene, te estanca; mejor destila de lo que aprendes los principios de cómo funciona todo.

La clave de aprender es preguntar y conocer tu ritmo.
Tu curiosidad es la única disciplina que requieres. Escúchala