Revista Literatura

El adios pertinaz

Publicado el 12 julio 2014 por Rogger

"... que te quise y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser"
(JULIO CORTÁZAR, Rayuela)

Te veo,
y la fotografía no engaña.
Estás parada, desafiante,
con tus ojos tierra,
con tu cabello tormenta.
Con el alma indudablemente brillante.
Veo tus dedos tiernos,
provocadores y malvados,
distracción para el osado artista que ha dominado
por un instante el creciente sismo en su cuerpo,
para impregnar tu altiva imagen
en el muro de piedra de la memoria.
Por aquellos tiempos tu incontestable belleza era el sol de mi vida,
el vicio de mis ojos.
Todos te prodigaban venias,
todos te imploraban sonrisas.
Todos te soñaban, todos te gastaban.
Y yo, dueño absurdo de tus miradas,
sombra de tu sombra, iba tras tus deleites
o tras el círculo de tu ineludible perfección,
para morir a tus pies,
perplejo y mudo.
Hoy, al pie de la montaña,
rendido ante tus ojos luz,
ante tu nociva sonrisa,
ante la cruel invitación de tu lengua mojada,
me despido.
Me llevo las huellas
de tu abrazo cincelado en mi espalda,
tu historia de belleza y gloria,
de dolor, de retos, de tenacidad marmórea,
de traiciones sucesivas,
de debilidades comprensibles.
Tu necesidad de mi, tu miedo, tus renuncias,
los musgos de la memoria,
los jardines vacíos de nuestras quimeras.
El adiós pertinaz que llovió desde el primer día.
Tú y yo, dos paralelas,
el telón de una historia imposible,
el lamento de una historia feliz.
En este día postrero te recuerdo, piel penumbra,
como una manzana de sombras sugestivas,
de profundos desfiladeros y lejanos goces.
Te recuerdo,
con tus dedos rosados y tibios,
con tus zapatos, testigos de pies pequeños,
con tu cuello delicia y tu ombligo de gala.
Te recuerdo
con tus ojos de azúcar y tus dientes de fiesta.
En este día postrero la luna se quiebra con mi fe,
con mis ganas de creerte.
Como se quiebra el sol ante la lluvia.
Y tú, soberana del silencio,
alimento de los sueños,
camino de los extravíos,
luz de los ciegos, paz de los tormentos,
te vas también,
Tú, canto grillo del abandono,
luz luciérnaga del bosque,
sol soledoso de los otoños.
Qué trámite intenso el de verte en una foto.
¡Gacela saltarina, mariposa vibrante!
¿Qué despojos debo recoger de los escasos momentos?
¿Qué retazos he de usar para parchar mis desgarros?
Flor admirable, tierra luminosa, campo esperanza.
Todo se ha perdido bajo las costras de las heridas.
Todo se ha hundido en las sombras del olvido.
DE: LETRAS DESQUICIADAS Copyright © 2014 Rogger Alzamora Quijano

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