Aahil es un adolescente, habitante del desierto Thar del estado de Rajasthan en India. A su tierna edad vive con su esposa Rasheeda. Recientemente acaba de cumplir catorce años y en lugar de festejar la flor de su adolescencia, tiene que cumplir con las obligaciones matrimoniales y responsabilidades como padre. Rasheeda, quien tiene cuarenta y un años de edad, acaba de dar a luz a una hija y aunque acepta que su joven esposo está triste por su contrato conyugal, comprende que su reloj biológico día a día marca el poco tiempo que le queda para tener hijos.
Por las mañanas Aahil caminaba un kilometro a su escuela en donde aprendió aritmética, a leer, y los versos del Corán. En ese tiempo contaba con apenas diez años cuando un día, estaba jugando en el patio con amigos cuando su abuelo le dijo que tenía algo importante que decirle. Jugar por las tardes y correr entre el desierto era uno de sus pasatiempos favoritos, pero no tenía idea que sus días como niño estaban por acabarse.
Fue así que su abuelo, agobiado por cumplir con costumbres de la sociedad, le dijo que tenía que casarse con Rasheeda, quien era la hija del hermano de su abuelo. Sencillamente, Rasheeda vendría siendo la tía de Aahil. El niño no podía creer lo que escuchaba y las palabras se le esfumaron a como a cualquier niño que naturalmente prefiere jugar que comprender palabras mayores. A los pocos días, la boda de Aahil con Rasheeda fue llevada a cabo y se ofreció una cena en la comunidad. A su corta edad terminó la etapa de su inocencia. Aahil, ni tan siquiera sabía lo que era un matrimonio, ni mucho menos una esposa.
- "Aunque pasó la boda, todavía no asimilaba que ya no iba a ir a la escuela y que tenía que trabajar arduamente para mantener a mi esposa," dice Aahil. "Cuando me dijo que estaba embarazada me asusté, no sabía lo que era un embarazo, huí de mi pueblo por unos días, pero los mayores me regresaron y me obligaron a cumplir con mis deberes."
Aahil tenía once años cuando Rasheeda se embarazó por primera vez, pero su embarazo terminó en un aborto espontáneo. Eso trajo muchos problemas al matrimonio ya que las criticas hirientes no dejaban de culpar a Rasheeda y la condenaron por vergüenza a ser una mujer infertil. A los dos años, Rasheeda por fin pudo lograr un embarazo y nació la niña a quien Rasheeda llama su regalo de Alá.
El abuelo de Aahil estaba orgulloso por haber puesto de su parte para mantener el linaje puro de los Meher, pero nadie pudo haber estado mas infeliz que Aahil. No se consideró el robo de su inocencia y la incompatibilidad de la diferencia de edad. Por otra parte, nadie la tiene mas difícil que las mujeres de ésta comunidad. Cuando no hay hombres disponibles para el matrimonio, los padres de las mujeres las casan con quien se pueda, aunque sea un niño que le triplique la edad.
La práctica del matrimonio infantil en Rajasthan, concentrándose mayormente en las regiones de Jaisalmer y Barmer, tiene una larga historia que difícilmente se puede comprender. Mucho antes que sucediera la partición de Pakistan con India, el consejo de los pueblos de la comunidad musulmana Meher, se reunió para decidir el futuro de las tradiciones que por generaciones los mayores herméticamente han protegido sobre todas las leyes.
Como el matrimonio es un patrimonio comunitario, el principal objetivo fue el de mantener la casta Meher aislada y primeramente pura, sin arriesgarse a las mezclas matrimoniales con otras comunidades. La pureza de la sangre tenía un gran peso. Por aquellos tiempos, celosamente se le prohibió a las mujeres Meher casarse con hombres fuera de su comunidad. Por otra parte, a los hombres se les dejó abierta la opción de casarse con una mujer Meher o con una mujer de otro pueblo.
Después de la partición de India y Pakistan en 1947, cientos de gentes de los pueblos Meher huyeron para Pakistan. Tras los años, familias enteras se cruzaban la nueva formada frontera con Pakistan para concertar matrimonios. Pero con el tiempo, la nueva constitución India intervino en el cruce ilegal por la frontera, cerrando sus puertas indefinidamente.
Es entonces cuando familias de un lado de la frontera o del otro, perdieron sus conexiones por completo con sus parientes. Consecuentemente, como los hombres tenían la opción de casarse fuera de su casta, tenían la posibilidad de encontrar esposas en otros pueblos. Pero con los años esto resultó en un gran dilema: El pueblo de los Meher se quedó despojado de hombres dejando a las mujeres en edad casadera sin hombres disponibles para el matrimonio. La regla impuesta sobre las mujeres seguía en pie y se obligaba firmemente pero cada día había menos y menos hombres. A las mujeres no les quedaba otra opción mas que quedarse solteras por el resto de sus vidas o casarse con un hombre mayor o viudo de los pocos que había.
Una vez mas, el consejo del pueblo Meher se reunió para darle solución al problema matrimonial, ya que en vez de conservar la casta pura, el clan se estaba desapareciendo. En lugar de darle fin a la ley aplicable únicamente a las mujeres, optaron por una solución poco convencional: Por tal de mantener a las mujeres en el clan, se aplicó una ley que afectaba a los hombres pero que contaban con edad suficiente para procrear. En otras palabras, a las mujeres solteras y ya mayores las obligaron a casarse con hombres adolescentes o niños.
Tristemente, todos las tienen de perder. Por una parte, se rompe una ley de la Constitución India llamada: 'Prohibition of Child Marriage Act', que tiene como función de proteger a los niños del matrimonio infantil y la violación de sus derechos civiles. Pero en el aislado y caluroso desierto de las comunidades de Rajasthan, la policía federal India no tiene los medios para controlar dichas comunidades e imponer la ley legislativa. Por otra parte, en éstas sociedades con la tradición de la endogamia fuertemente instalada por medio de las castas, difícilmente se protege a la mujer dejando el terreno abierto para el abuso y explotación de ambos.
Escrito por Leticia Alaniz © 2016
Ilustraciones:Lorena Mena
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Hola, soy Leticia Alaniz, fotógrafa y cineasta nacida en Nuevo León, México. Mi pasión por viajar me ha llevado a escribir extensos relatos para cine y artículos de publicación sobre temas sociales y culturales del mundo. Con múltiples recorridos por la India, me he convertido en una innegable seguidora de sus tradiciones populares y su extensa gastronomía en la cual me baso para escribir experiencias y relatos que espero que deleiten al lector. Gracias por acompañarnos en esta gran aventura y espero que disfruten la magia de la India a través de estás historias.