El microrrelato del viernes: el zumba la aceituna

Hoy comenzamos una nueva sección en nuestro blog. Debido al éxito que han tenido nuestros microrrelatos en nuestro Facebook,  Ironías de la vida, a partir de ahora también los publicaremos aquí bajo el nombre de "El Microrrelato del Viernes". Os dejamos el primero, "El zumba la aceituna".... Esperamos que os guste este nuevo deporte ;)

EL ZUMBA LA ACEITUNA... UN NUEVO DEPORTE.
Con la llegada del frío podemos empezar a disfrutar de uno de los deportes tradicionales que se desarrollan en estas fechas al aire libre, el zumba la aceituna. La equipación es bastante sencilla, basta con reutilizar ese chándal viejo que ya no vale ni para pijama, y llevar algo de abrigo que hubiese sido tendencia allá por 1990, es gratuito y las plazas son ilimitadas hasta final de cosecha.  Este es un deporte muy completo con el cuál ejercitamos piernas, espalda y sobretodo brazos. Para desarrollar este deporte debemos madrugar, para llegar a la pista u olivar a primera hora de la mañana. Como calentamiento recogeremos las aceitunas caídas alrededor de la oliva, es un ejercicio magnífico para estirar músculos de piernas, brazos y espalda, a la vez que fortalecemos los abdominales. Posteriormente pasamos a extender el lienzón alrededor de la oliva, algo parecido a la esterilla de yoga pero más grande, que sirve para evitar que las aceitunas se derramen por el suelo. Esta esterilla llamada lienzón es imprescindible, al igual que la vara, para desarrollar el ejercicio.  En este momento comienza la parte de mayor intensidad del ejercicio,  consiste en varear el olivo hasta que no quede ninguna aceituna. Es muy sencillo y parecido al Cardio Box,  solo necesitamos una vara y golpear con ella el olivo como si no hubiese un mañana. Con este ejercicio fortalecemos espalda y sobre todo brazos. Trabajamos mucho los bíceps y tríceps, y así procedemos a intentar eliminar ese pedazo de carne colgandera que se sitúa justo debajo del brazo, y nos deja en evidencia cada vez que lo movemos por accidente al hacer cualquier actividad de nuestra vida diaria, tal como saludar con la mano o utilizar un salero. El frío del invierno nos anima a realizar este ejercicio con más intensidad a fin de entrar en calor, al mismo tiempo que nos deja la piel tersa y tonificada. Como puede apreciarse todo son ventajas. Debido a la duración del ejercicio, unas ocho horas,  se podrá hacer alguna parada para tomar todo tipo de carbohidratos y grasas, como fuente de energía, para poder continuar con el ejercicio. Se recomienda a la finalización de este una ducha caliente,  una cena para reponer energía e irse pronto a dormir o tumbarse en el sofá,  porque para que el ejercicio sea efectivo debe repetirse en series de varios días.
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