La vida no estaba siendo justa con él. Esta era la respuesta que se daba Eduardo, ante el sin fin de problemas que cada día tenía que superar. Sin embargo, no tardó la fortuna en sonreírle. Fue en ese momento, cuando además de felicitarse acudió en ayuda de cuantos se la pidieron. Tal vez fue por egoísmo ya que pensó, que si todos reclamaban justicia, esta podría abandonarle.
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"Bocados sabrosos II"www.acencs.org