Revista Talentos

El terrorista suelto

Publicado el 17 junio 2016 por Ivandelanuez

Iván de la Nuez

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El terrorismo ya no hay que explicarlo por las causas, sino por las consecuencias. No por el motivo sino por el resultado, el protocolo de la ejecución, la desestabilización posterior a la violencia.

No es la vinculación del asesino de Orlando con el Estado Islámico lo que lo convierte en terrorista; es su terrorismo lo que le hace parte de ese mundo.

Más que asesinos, ahora se reclutan, directamente, asesinatos.

Hubo un tiempo en el que las organizaciones armadas anunciaban sus atentados antes y no después. Más que matar, intentaban disuadir con la posibilidad de hacerlo. Todavía esgrimían unas causas para justificar sus actos, pero el terror de hoy sólo apunta a las consecuencias de estos.

Fijémonos en Francia. El país se arma hasta los dientes para evitar el ataque terrorista en la Eurocopa, pero no puede controlar una batalla campal entre hooligans ingleses o rusos o eslovacos que siembran el terror en las calles.

Esta nueva situación no podemos explicarla con ninguna filosofía militar convencional (olvídense de Clausewitz), o una teoría guerrillera (olvídense del Che Guevara), ni siquiera con el manoseado El arte de la guerra (olvídense de Sun Tzú).

Las células sueltas de los tiempos de Bin Laden ha dado paso al individuo suelto. Una máquina letal que solo necesita un arma y un objetivo. (A estas alturas, el adoctrinamiento consiste en la preparación para el ataque).

En esa tesitura, es tan terrorista un violador en serie que el neofascista noruego que arrasó la isla de Utoya. Y tan terrorismo es enterrar mujeres en Ciudad Juárez como traficar con las armas que ejecutan estos crímenes.

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