Revista Diario

En defensa de la rutina

Publicado el 15 junio 2014 por Anabel

EN DEFENSA DE LA RUTINA

Foto extraída de Photo pin. Autor Adriano Agulló


Hoy me levanté como defensora de causas imposibles y en esa condición he decidido abogar y defender una de las inherentes a nuestra existencia, especialmente, la adulta. Hoy he decidido defender la rutina. Veo caras de sorpresa y otras que dicen a ver como te las apañas. Porque el concepto que tenemos de rutina es eminentemente negativo, no nos han enseñado a convivir con ella, es algo que se impone, que está ahí, que nos causa cantidad de pequeñas y grandes frustraciones, irritabilidad. A nadie le gusta levantarse todos los días a tal hora, preparar desayunos, arreglar a los niños para el colegio, llevarlos, ir al trabajo, recoger a los niños, comer (también puede invertirse el orden de estos dos factores), sacarlos al parque, hacer algunas compras, volver a casa, poner la lavadora, preparar la cena, duchar a las bestezuelas (¿he dicho yo eso?, no)... y los fines de semana, cuando por fin creíamos que íbamos a permanecer alejados de estos malos hábitos, entonces precisamente nos dedicamos a hacer la compra, comer en casa de los abuelos... rutina, todo son rutinas.
Si vuelves la cabeza atrás y eliminas el periodo vacacional podrías decir donde te encontrabas el día 16 de junio del año pasado, casi casi sin equivocarte, porque todo lo que se salga de la pauta ordinaria lo recordarás como si lo tuvieras tatuado en la piel. Repetimos una y otra vez los mismos comportamientos.
Es la rutina la que nos da un remedio contra el paso del tiempo. Nos aferramos a lo cotidiano porque en el fondo es el único remedio que nos ayuda a sobrellevar el amontonamiento de los años. El día a día, las pequeñas batallas que libramos,  nos eximen de pensar que estamos postponiendo el futuro, pues este no es más ni menos que una repetición de los actos, actos que no difieren mucho unos de otros. Y así, no es hasta que miramos atrás cuando realmente tomamos conciencia de que el tiempo ha pasado, lo ha hecho para todos y ha sido demoledor. La rutina es un poderoso adormecedor, te encorcha la piel, hace que las cosas duelan menos, que lo previsible y lo imprevisible nos afecten poco.
Al final no estoy segura de haber defendido la rutina como se merece. Bueno, me voy al super a hacer la compra. 

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