Pensarte, es lujuria, sin duda alguna. Tentación de saborear esa fruta prohibida que no está a mi alcance. La miro pero no me atrevo a tocarla.
No cesa mi pensamiento de admirarte a voces, sin secretos, te deseo.
Hierve mi sangre cuando escucho tu voz, sensual....
Mi cuerpo se revela y la humedad que se entraña en tu deseo, no cesa.
Necesito tenerte más me conformo con pensarte. Mis pechos se endurecen mientras siento tus caricias, tus labios que humedecen mis pezones, después de ser mordisqueados suavemente. Oquedades donde tus labios me buscan y nuestras lenguas se deleitan. Son otros los labios que tu abres, mientras sabiamente guías tus dedos, tu lengua. Arden mis entrañas mientras sin tu presencia alcanzo el orgasmo.
Marijose.-Fotografía de la red.