Revista Talentos
No quiero, no, verte en mis sueñosNo soy yo quien anhela el reflejo en el espejoQuien serena en la mañana espera tu ausenciaLa mente, satanás, me embaucóTe arropé junto a mi senoCalmaron tu sed mis besosMi alma quedo en tus manosLas brasas del infierno me corroenPadezco sin sentido aquello que no existeAlmas errantes en pena sucumbenDispersas las manos que me tendisteEn la álgida noche exasperoEntrañas de la tierra me acompañanAseveran certeramente en mi ignoranciaSin más erré donde la nada sucumbíaQuedó allá en la era donde el acopio existeYermo como el erial añora percepción disgregada en la afonía de la nocheutopía, zozobra, del mismo semental husmean recelo y cobardíaEsencia aniquilada, relación inversatrastoca sin razón el mundo en que vivimosincauta el alma y la corroe, galopa sin sentidooprimida se disipa, incultura la tapiza.Entreteje fobias que no son talesDisemina sin control, traba rabia y orgullos En la pira a demanda, almas dejan congoja.Se templaron nuestros cuerpos deleite consentidocohabitaron nuestras almas embalsamadasse corrompen, impetuosamente se dispersanentre letras sin lógica sucumben.Satanás, de nuevo me acompañas.Deseo, tu alma gemela, es quien me besa Y a pesar del fuego del infierno
te añoro cada día en el espejo.Texto Marijose Luque Fotografía de Pierre Doucin© – Red