Revista Literatura

Escritura Creativa: primer ejercicio

Publicado el 28 marzo 2019 por Cabaltc

En otras entradas ya os he hablado sobre por qué escribir. También os he hablado sobre los beneficios que tiene llevar un diario personal e incluso os he dado unas pinceladas sobre cómo superar el miedo a una página en blanco.

Ya es hora de hablar de cómo ejercitar vuestra imaginación y vuestras capacidades para escribir hablando de diversas técnicas de escritura creativa. Además, al final os plantearé un reto. Porque eso de la imaginación no es cosa de niños, los adultos también debemos ejercitarla.

En este artículo os contaré cómo ejercitar vuestra creatividad, os propondré un primer ejercicio y os recomendaré otros tres ejercicios más al final. Si ya conocéis este ejercicio concreto, no dejéis de visitar el final del artículo para ver otras tres maneras de potenciar vuestra creatividad.

Edición 2019: He depurado el texto y he incluido dos extras. Por un lado 5 ejercicios para escritores más (con descripción y enlaces) y un ejemplo de relato utilizando este primer ejercicio propuesto.

Introducción a la escritura creativa

Hace casi veinte años que sentí la necesidad de volcar mi imaginación sobre un papel en blanco y me encontré con una enorme falta de conocimientos sobre cómo hacerlo. Y ese desconocimiento se transformó en desmotivación y abandoné por completo la tarea.

Porque al principio, como en casi todo, necesitamos una pequeña guía sobre qué debemos hacer y cómo. Es muy frustrante enfrentarte a algo creativo sin saber nada para descubrir que todo lo que creas es bastante malo.

Escritura creativa primer ejercicioEscritura creativa primer ejercicio

Estuve dedicando muchas noches a investigar y a hurgar en la red de redes, para ver si encontraba algún manual o algún consejo sobre cómo empezar. Ejercicios de creatividad que me ayudasen a soltarme, a practicar.

Tened en cuenta que el Internet que conocemos hoy no es el Internet que teníamos a principios de los 2000. No había ni la milésima parte de información que hay ahora, los buscadores no funcionaban como ahora y en no era nada fácil encontrar algo tan concreto como lo que yo buscaba.

No como ahora, como muy bien sabéis. Porque lo más seguro es que hayáis llegado hasta aquí poniendo «ejercicios de escritura creativa» en Google.

El caso es que, tras mucho buscar, encontré una serie de ejercicios creativos muy útiles para despertar la imaginación literaria (muy diferente de la imaginación a secas, como ya iremos viendo).

Primer ejercicio de escritura creativa para adultos

El primer ejercicio que llamó mi atención fue uno tan sencillo y con un potencial tan increíble, que aun hoy sigo practicándolo. De hecho, este ejercicio de escritura que os voy a contar no fue el primero que encontré, ni mucho menos.

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El objetivo que tiene es que seamos capaces de escribir algo uniendo tres palabras o conceptos que, a priori, parecen totalmente inconexos y excluyentes.

Quizás sea el componente de puzzle que tiene este ejercicio creativo el que me llamó tanto la atención. Al fin y al cabo, sigo teniendo una mente muy ingenieril y apasionada por la resolución de problemas, retos y puzzles.

Las tres palabras

Este ejercicio de escritura creativa consiste en dos sencillas premisas. Puedes variar la primera parte todo lo que quieras, innovar, aleatorizar el proceso o lo que se te ocurra. Pero la base tiene que ser siempre la misma:

  1. Elige tres palabras al AZAR.
  2. Escribe. Sencilla y llanamente. Escribe del tirón, sin preocuparte sobre lo bien o mal que te estas expresando, pero asegúrate de incluir como pilares principales esas tres palabras o conceptos que hayáis elegido.
Escritura Creativa: primer ejercicioLibros de fantasia por JBMDoolio

Podéis utilizar un diccionario, un libro, un periódico… abrir cualquiera de ellos por tres páginas distintas y buscar el primer sustantivo que se os ocurra. Valdría cualquier tipo de palabra con cierta entidad para este ejercicio de escritura creativa, pero los sustantivos siempre tienen una capacidad mayor de sugerirnos ciertas cosas y son más versátiles y complicados de introducir en un relato.

El problema de elegir vosotros mismos las palabras, es que podéis condicionaros y elegir palabras que os parezcan más adecuadas o que estén relacionadas. Yo siempre he preferido pedirle a alguien que me diga tres palabras, o mejor aun, pedir a tres personas distintas que os digan una palabra cada una.

Por ejemplo, mis padres y mi mujer me han obsequiado con estas tres palabras: cabeza, viento y plato. No son las tres cosas más absurdas que he utilizado, pero… ¿qué se os ocurre a vosotros? ¿Qué os sugieren estas tres palabras?

Mi primer puzzle

Al final de este artículo encontrarás el resultado de estas tres palabras. Es un relato que incluí en mi primera antología, la imaginación también muerde. A ver si sois capaces de encontrarlo.

Ahora… un RETO

Si creéis que existe una combinación de tres palabras para la que sea imposible escribir algo coherente, os reto a probar este ejercicio de escritura creativa por vosotros mismos.

¿Os atrevéis a enviarme vuestras soluciones para este puzzle?

Un poco más abajo encontrarás mi solución a esas tres palabras incoherentes.

Otros ejercicios para escritores

La variedad de ejercicios para escritores que existen es casi tan rica como tipos de escritores diferentes. Nadie es igual y a nadie le funcionan los mismos enunciados.

Sin embargo, lo que está claro es que un escritor debe ejercitar su músculo literario. Tanto para potenciar su creatividad, como para pulir su estilo, encontrar nuevas técnicas narrativas para enfrentarse a distintas situaciones… Y todo lo que se te ocurra.


Un escritor debe ejercitar su músculo literario
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Está claro, también, que un escritor necesita que alguien con más experiencia y conocimientos le asesore sobre el proceso. Sobre su estilo, su gramática, su estructura… pero eso son otros temas que no trataremos aquí. Porque aquí estamos para hablar de ejercicios para escritores. Eso sí, sin perder de vista el objetivo que es escribir más y mejor cada vez.

Para poder ejercitar ese músculo, un escritor tiene que buscar aquellos ejercicios que lo saquen de su zona de confort. Ejercicios destinados a que rompa con su rutina y se vea obligado a escribir sobre cosas que no controla.

Te confieso que yo, hace años, me apuntaba incluso a concursos de microrrelatos (no es lo mío) de contenido rosa (definitivamente, no es lo mío). ¿Por qué? Porque eso sí que son ejercicios para escritores. Géneros que no son el tuyo, formatos que no son el tuyo y un jurado que evalúa lo bien o mal que está el resultado.

Por eso aquí te propongo una serie de ejercicios para escritores que te ayudarán a potenciar tu creatividad.

Los sueños

Decir que los sueños son una buena fuente de inspiración puede parecer un tópico. La realidad es que soñar (y acordarse) es un ejercicio creativo increíblemente potente.

No tanto por el sueño en sí, sino por las historias que podemos construir con ellos. Por eso creo que los sueños son uno de los ejercicios para escritores más importantes que existen.

En esa antología de la que te hablaré más adelante, varios de los relatos surgieron de una imagen o una sensación capturada nada más levantarme.

Encontrarás el ejercicio para escritores aquí:

2# Los sueños

Cuentos clásicos

Reescribir algo que ya existe para cambiar al narrador, al protagonista o la historia misma es siempre un ejercicio muy educativo. Por un lado, te tienes que sumergir en aguas que no son tuyas. Por otro, tienes que mantener el espíritu original hasta hacerlo reconocible.

Este ejercicio para escritores busca precisamente eso: sacarte de tu zona de confort para meterte de lleno en el cuento de otro.

¿Cómo?

3# Cuentos clásicos

El extraño

¿En qué está pensando esa persona que no conoces? ¿Por qué viste como viste? ¿A dónde va? ¿De dónde viene?

Las personas con las que nos cruzamos también son una fuente de inspiración increíble. Solo necesitas un poco de tiempo y ganas de inventarte una historia para escribir algo al respecto de cualquier persona (o cosa) que te haya llamado la atención.

Cuanto más desconocido, mejor.

Podrás encontrar este ejercicio completo aquí:

4# El extraño

El portal

Otra de las fuentes de inspiración que más me gustan son los elementos incontrolables, aleatorios y mágicos. Este ejercicio para escritores busca exactamente eso: ¿qué harías si un portal se abriera delante de ti?

Qué saldrá de ese portal o a dónde te llevará es justo lo que tienes que decidir.

Más sobre este ejercicio de escritura aquí:

5# El portal

Escritura libre guiada

Otra cosa que podemos hacer para ejercitar nuestra escritura, es tratar de dar cuerpo a una imagen, una escena o una sola sensación.

No tienes más que fijar en tu mente un objetivo, pautar ciertas reglas y ponerte a escribir.

Este es mi ejercicio para escritores favorito a día de hoy y es el que aplico a prácticamente todo lo que hago. ¿Quieres saber más?

6# Escritura libre guiada

Mi solución a las tres palabras

Este relato forma parte de una antología ya descatalogada (La imaginación también muerde) que vendió una cantidad increíble de ejemplares. De hecho, ese éxito temprano es uno de los motivos por los que ya no está a la venta.

¿Sabes cuánto evoluciona un escritor desde su primer ejercicio de escritura creativa? En mi caso pasaron años entre muchos de esos relatos, más aún después de publicarlo, y fui consciente de esa gran evolución de una manera un tanto cruel.

El caso es que este ejercicio para escritores bien merece que os enseñe un resultado real de cómo podría llegar a quedar.

Espero que os guste.

Humor cósmico

El pequeño humanoide dio vueltas sobre sí mismo en una danza absurda y ridícula. Parecía perdido y loco, a punto de estallar a la vez en lágrimas y risas.

—Mierda, mierda, mierda… —lamentó Isshac—. ¿Ahora cómo vamos a encontrar nuestra nave, Xyak? ¡Eres un auténtico zopenco! No se te puede hacer caso… no, no, no, no.

El aludido abrió los ojos con una sorpresa tan grande como fingida. Curvó los labios en una mueca cargada de sorna hasta que de sus viejos y marchitos labios terminó brotando una sonora carcajada.

—Me das risa Isshac —dijo Xyak sin parar de reír—. ¿Dónde está tu sentido del humor? Te estoy dando la oportunidad de disfrutar de este… magnífico paisaje.

—¿Magnífico? ¿Paisaje? Me has traído al culo de la galaxia, a un planeta con forma de enorme plasta de fynzk en busca de… ¡sigo sin saber de qué! Y vas tú y…

—¿Y qué? ¿Y te digo que lances el localizador con todas tus fuerzas?

—¡Exacto! —contestó agitando enérgicamente la cabeza—. Me juraste que el viento me lo devolvería y que lo haría trayendo la llave de regreso a casa, que…

—¿Y desde cuándo haces caso a tu fantástica cabeza parlante? —esta vez la risa le hizo tambalearse en su soporte metálico—. ¡Eres aún más tonto que yo!

Isshac se quedó pensativo unos instantes. La inteligencia no era uno de sus puntos fuertes, ya lo sabía, aunque notaba que se le estaba escapando algo. Xyak siempre se la había tenido jurada desde que perdió aquella absurda apuesta. Suicidarse en aquel planeta era demasiado hasta para él. Todavía tenían mucho camino que recorrer antes de poder volver a casa.

No pudo evitar sonreír ante el recuerdo de aquella partida de Ximun dice. Aquella que jugaron tanto tiempo atrás y en la que su compañero perdió la cabeza.

Por aquel entonces, demasiado aburridos para hacer nada, empezaron a hacer apuestas cada vez más absurdas. Absurdas y costosas para ambos. ¿Qué mas les daban unos pocos cientos de años de servidumbre cuando entre los dos acumulaban casi diez mil?

Al final, viendo que iba a perder la partida, se dio por vencido y dijo la primera estupidez que se le ocurrió. Suponía que su compañero sacaría el reglamento interestelar unificado de Ximun dice, pero Xyak no lo hizo.

—¡Ximun dice que te cortes la cabeza! —gritó entre risas—. ¿Quién es el tonto aquí?

—¿¡Y quién es el que ha lanzado el localizador a tomar por culo en un planeta con más azufre que los baños de la estación NGC 6822!?

—Eres idiota. Me dijiste que era un vulgar holoplato… —dijo Isshac ya sin risa.

—¿Y vas tú y me crees? Llevo casi un siglo queriendo devolvértela… ¿y tú me crees?

Ahora fue Xyak el que estalló en una carcajada incontrolable que escoró el disco que transportaba lo poco que quedaba de él.

—¿Qué es lo que esperabas? —prosiguió—. ¿Que una ninfa galáctica apareciera sentada en ese plato preparada para satisfacer todos tus infames deseos? 

Otra carcajada hizo que Xyak empezase a dar vueltas como un loco.

—Pero… me dijiste que en este planeta… el viento…

—¿…traía deseos a paletos espaciales? —dijo entre lágrimas.

—¿Y ahora qué vamos a hacer? El camuflaje de la nave es tecnología punta y me has convencido también para salir con lo puesto, sin coger el kit de emergencia… ¡Nos has condenado!

—Pues sí, ya me había aburrido de este universo —respondió Xyak—. ¿No crees que ya es hora de dejarlos a todos en paz?

—Joder pues… ¡no! —espetó—. Todavía nos quedan muchas bromas por probar si queremos volver. ¡No llevamos ni la mitad!

Ambos llevaban una eternidad desterrados en aquel universo. Desterrados por ser demasiado sosos y demasiado serios. Nadie quería seres así en el lugar del que provenían y su castigo había sido ejecutar todas las bromas contenidas en el Teralibro antes de poder regresar.

—Pero no nos dieron la llave de vuelta, Isshac. Esa fue su última broma.

—Ya pero… —No pudo contestar—. Tienes razón, esto nunca ha tenido sentido.

—Además, ya empezaba a aburrirme de estos larguiruchos de carne rosa. A ellos sí que les falta sentido del humor.

—Pues sí, lo mejor será tumbarnos a echar la siesta.

—Será lo mejor, pero ojalá alguien nos despierte cuando lo descubran. —La cabeza parlante le guiñó un ojo a su compañero.

—¿Has hecho una broma sin mí?

—Sí. —Ensanchó su sonrisa mientras hablaba—: les he dejado un cronoagujero en el centro de su galaxia favorita. Más les vale espabilarse, porque solo tienen seis kilomilenos para descubrir cómo pararlo.

—Y luego… 

—¡BUM! ¡Realidad colapsada!

Y así, entre carcajadas, jadeos y pataletas de risa, al menos aquel que todavía tenía piernas, ambos se quedaron dormidos en la superficie del planeta. Era imposible que supieran que su nave orbitaba a escasos trescientos metros sobre sus cabezas. El propio Xyak podría haber levitado para entrar en la zona de carga, desactivar el camuflaje y seguir pululando por el universo sin rumbo fijo.

Pero a veces las mejores bromas son aquellas que nunca se conocen.

La entrada Escritura Creativa: primer ejercicio se publicó primero en El Rincón de Cabal.


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