Veo el sol en cada día sin pensar en todo lo malo. Corro colectivos como si fuera parte de mi rutina. Me cuido a mi misma como si me pagaran para hacerlo. Y al final de cuentas, termino recibiendo recompensa. No escribo para nadie, ya ni siquiera para mi misma. Solo estoy corriendo.
La lluvia cae y me empapo. Todo parece oscuro. Otro día será mejor. Y lo va a ser.
No importa cuanto esfuerzo lleve, lo voy a lograr. Lo que sea que me proponga, porque nunca me rindo, porque no escucho a nadie más que a mi misma, porque sé a dónde voy. Aunque aun no sepa como voy a llegar, estoy en camino y cada vez más cerca.
Este nuevo año son 365 oportunidades nuevas que estoy preparada para aprovechar, una por una.
Si no es bueno, entonces haz que sea bueno.