¿Éxito o felicidad?

Si le preguntas a alguien si quiere ser exitoso, lo más probable es que te conteste que sí. Así mismo, probablemente todos aseguramos querer alcanzar el éxito dentro de nuestras vida o, si no lo decimos, lo consideramos en silencio. Pero ¿por qué? ¿de dónde viene esa seguridad? ¿qué es el éxito?

Si bien es fácil que vengan a mi mente imágenes de gente con dinero, con variadas posesiones y propiedades, con familias, y viajando por lugares exóticos, (entre otras cosas), a mí la palabra ‘éxito’ me suena hueca, sin contenido. ‘Éxito’ es una palabra que usamos para referirnos a los resultados positivos de algún esfuerzo y deseo nuestro. El ‘éxito’ son los resultados buenos y felices, pero ¿de qué? Depende de cada persona.

Por eso me suena vacía esa palabra, porque habla de una generalidad e, incluso, de lugares comunes de lo que se considera el ‘éxito’ en nuestro tiempo, la mayoría asociados con bienes materiales. El contenido de lo que ha de ser nuestro éxito debe ser definido por nosotros mismos. ¿Qué quieres, qué deseas? ¿Por qué lo quieres?

El ‘éxito’ es totalmente subjetivo, lo que es el ‘éxito’ para algunos, no tiene sentido para otros, si bien todos deseamos cosas semejantes. Por eso, para saber cómo alcanzar el ‘éxito’ para ti, primero debes saber qué quieres; si no, se te escapará o será una camino difícil y sin corazón en el que perseguirás las nociones estándar de lo que te hará potencialmente feliz.

Rara vez (?) decimos ‘soy exitoso’ o ‘ay, qué exitoso me siento’. Creo que suele ser más común que el adjetivo de ‘exitoso’ sea usado por terceras personas, gente que juzga el exterior de la vida de alguien y, si es acorde a sus expectativas y opiniones, le pone esa etiqueta. Nosotros, cuando algo ha resultado bien, cuando tenemos éxito, nos sentimos felices, decimos ‘qué feliz me siento’ o ‘estoy feliz’. Pienso que en vez de buscar alcanzar el ‘éxito’ deberíamos seguir aquello a lo que nuestra curiosidad y felicidad apuntan.

Hay que decir que la felicidad no es un lugar al que un lugar distante por alcanzar. Es un estado, algo que se trabaja con todas nuestras acciones y que se siente en diferentes grados durante cada día. Es una forma de ser, y está a tu alcance a cada momento que te encuentras con la decisión de cómo actuar en tu vida. La felicidad es un proceso viviente, no estático, es un camino. Entonces, si sabes lo que quieres, aquello que te hace feliz, debes seguirlo y dejar de hacer lo que no te llena o alienta, lo que no alimenta tu espíritu. No hay formulas establecidas para la felicidad más allá de ir un paso a la vez, estar presente en el camino y en tu experiencia de él. A cada paso sabrás qué hacer, pues la felicidad se hace a cada paso, y el camino dura el tiempo que dura tu vida. Puedes querer una vida sencilla y tranquila cuando el resto dice querer mucho y no tener un minuto de descanso. Puedes viajar solo o acompañado por el mundo o tener una casa en un pequeño pueblo. Sólo tú sabes lo que quieres y necesitas, sólo tú sabes cómo te quieres sentir. Sé sincero contigo.

Si eres feliz, si cada vez eres mejor siguiendo tu dicha y tienes el deseo de seguir por tu camino, probablemente seas ‘exitoso’ y no lo tengas en cuenta, pero lo sabes en tu corazón. Cuando eres y estás feliz, estás ganando en el juego de la vida.