Revista Diario

Extiende tu atención

Publicado el 06 noviembre 2012 por Alxndro @al_x_ndro

Hagamos un ejercicio.

No importa el lugar donde estés, haz una pausa.

Por un momento deja de dar tu atención a todas aquellas pequeñas o grandes cosas que acostumbran exigírtela.

No hagas caso a tu celular, tu e-mail, tus notificaciones de redes sociales, a la plática de las personas cercanas, a los ruidos que te rodean. Por unos instantes, no respondas a las urgencias de afuera: ignora tus obligaciones (sí, ignóralas), el trabajo que se te exige, olvida la rutina que sabes que tienes para hoy, suspende tus preocupaciones y ansiedades. (¿Lo estás haciendo? Si no, toma nota y date el tiempo.)

Por un momento no respondas a todas estas cosas externas que piden tu atención.

Sólo un momento.

Y, en este efímero espacio vacío, escucha las urgencias que viven dentro de ti. Toma la decisión de pensar en algo que tú quieres pensar. Piensa sólo en cosas que te gustan, cosas que deseas y te iluminan: piensa en un viaje, recuerda algo que te hace feliz; piénsate como quieres ser haciendo las cosas que quieres hacer, piensa todo lo que en verdad deseas vivir y volver a vivir. Piensa, siente, visualiza. Céntrate en ti mismo. Reclama lo que es tuyo.

(Olvida tu vanidad, no mantengas fantasías donde te vanaglorias, ésas también vienen del exterior.)

Sólo permite cosas que te hagan sonreír. Sonríe sin vergüenza, sonríe de verdad, siente como se mueve todo tu rostro con tu sonrisa.

(¿Te es difícil sonreír?
¿Te es difícil tener los pensamientos que te hacen sentir bien?
No estás acostumbrado a ellos, te parecen extraños (lo sé por experiencia), sigue haciendo este ejercicio. Atrévete a conocer el lado feliz de las cosas.)

En este breve instante que te estás dando, ¿cómo te sientes?
¿Cómo se siente pensar en lo que tú quieres pensar?
¿Cómo es dar tu atención a lo que tú decides vale la pena?
¿Cómo es decidir crear lo que sucede dentro de ti, sin imposiciones?

Pienso que debes sentirte bien, incluso muy bien o excelentemente bien. ¿Cuánto tiempo pudiste hacer el ejercicio?

¿Treinta segundos, un minuto, cinco? ¿Nada porque los pensamientos agradables son una tontería?

¿Qué pasaría si ese tiempo lo vas aumentando poco a poco, si decides que quieres que todos tus pensamientos sean agradables y placenteros? ¿Qué pasaría si por un día completo todos tus pensamientos te hicieran feliz? ¿Te interesa esa decisión? ¿Qué pasaría si decides conscientemente escoger tus pensamientos, escucharte a ti mismo, decidir qué merece tu valiosa atención en cada momento?

¿Por qué no extender esta experiencia a toda tu vida? En verdad, dime, ¿por qué no?

Requiere práctica, pero creo que vale la pena.

Y conforme avanzas, deja, poco a poco, de hacer las cosas que no quieres y decides hacer. Niégales completamente tu atención.

Y piensa en todo lo que sí quieres, sé minucioso: decide cómo quieres moverte, cómo quieres hablar, qué palabras quieres decir. Decide todo de ti y de tu vida, usa tu atención para eso.

Nada hagas si no lo deseas; si no te alegra, si toma pero sólo da lo mínimo a cambio. No respondas a lo que no te importa de verdad y profundamente. Reserva toda tu atención sólo para ti, para lo que es vital (lo que te hace moverte y crecer). No lo evadas, sino irás como sonámbulo por la vida.

Extiende tu atención a todo lo que haces.


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