Una de las casetas que más afluencia de lectores hubo, fue la de El rincón del escritor almeriense, EREA, y en la que su presidenta y escritora Saray Santiago, de la que destaco su carácter amable y generoso, tuvo a bien permitir que De Élite, corrección, maquetación y portadas tuviera un rinconcito de expansión. Desde aquí, ¡¡muchísimas gracias!! Entre los libros expuestos se encontraban varios que corregí: La oruguita que quería bailar, de Marian Rivas; Los amores que te debo, de Fran Cazorla, y otro al que le tengo un gran cariño; Zona Zero en los Pedroches, de Mikel Murillo. Espero verlo muy pronto por estas lindes con una presentación. Toma nota, amigo.
La plaza de la Catedral de Almería se convirtió durante cinco días en un lugar de encuentro de la cultura a la que concurrieron numerosos escritores venidos desde varias ciudades del país, por lo que me dio la oportunidad de conocer a escritoras que, si bien conozco a través de las redes sociales, no tenía el gusto de hacerlo en persona y que deja en mí una huella imborrable. Entre ellas Elizabeth Da Silva y Pilar Nieva —las escritoras «siamesas», como ellas se definen por la gran amistad y conexión que existe entre las dos—. Y no me olvido, cómo hacerlo, de Ahna Sthauros, a la que fue un placer conocer. Los ratos de conversación con las tres estuvieron cargados de hilaridad y gran humor, fiel reflejo de su personalidad.
Marian Rivas, Pilar Nieva, Carmen Soler, Elizabeth Da Silva, María Elena Tijeras y Ahna Sthauros
Xelima, Susi y María Elena
Tras el «momento café», un descanso nunca viene mal, y si se hace con un café es mucho mejor, llegó la hora de hacer cola para una firma de libros muy especial. Especial, sí. Se trataba de la visita de la escritora Megan Maxwell, archiconocida en los círculos de la novela romántica. Creo que era su cuarta visita a Almería. Pude conocerla en una primera ocasión hace ya unos añitos (pero pocos, ¿eh?) y aquella tarde de sábado confirmó lo que ya conocía de ella; su carácter agradable, cercano, humilde y siempre risueño.Tras terminar las firmas charlamos un buen rato, hasta que se nos hizo de noche, en compañía de las escritoras «siamesas», Ahna Sthauros y Carmen Soler. Una conversación que dio para mucho y en la que no faltaron temas de todas las índoles. Si es que cuando las amigas se reúnen no hay tema que quede sin comentar (menos de política, ¡la odio!).
En definitiva, dos tardes, dos improntas perdurables por muchos, muchos años.
Cómo olvidar algo así... ¡¡imposible!!