Fuego ante el Alba

Petrificado desde lo alto de un edificio, gárgola helada por un tiempo, dejas la vida como barco de papel en un rio y ves todo pasar sin más, tan solo dejas llevarte por el agua o viento, pero eres fuego, puro fuego, fuego que está calmado, revelación de madrugada en donde tu consciente cobra fuerza, esa de la que siempre fue compañera en noches y noches y también en días y días, la acoges como droga, pues es escasa y engancha, ansías su compañía como si humana fuera, crees que nada es lo que parece y crees bien, así es, pues si lo fuese sería fácil vivir, has dado bandazos durante años, muchos, algunos estuvieron, otros aparecieron, unos esto y aquello...

Puro fuego aletargado, también por voluntad, pues pudieras desintegrarte, mala sería sobredosis, ansías algo, un hueco una pista una belleza una chica una mujer una musa, una novedad que rompa toda tu rutina, zas zas pintas, escribes hablas piensas...¿Trabajas? Te aletargas con música, te enamoras de artistas, estudias aprendes desaprendes y vuelves a aprender y evolucionas y llega la noche y duermes...

Despiertas mediocre, pasan 16 horas, si acaso hasta ser persona de nuevo y zas zas, escribo a los del fuego y agua, a los del viento y tierra; a los cuatro...

Rezas a veces, hablas de tu cualidad a ti mismo y a veces en broma a mortales que siempre serán de ¿?, casualidades tal como la caída de uno de esos del arriba hacia abajo en una misma hora en punto, 4 de la madrugada, ¡casualidad! ¿Casualidad? Sea como fuere es extraña, que reloj tan formidable es la Naturaleza. De dos se su hora ¿y si hay más? Espléndido sea como sea. Y ahí se enciende la pólvora para ser guía de luz de... Exploto, como crisálida, como gárgola que siempre tuvo un ser vivo dentro y poco a poco alargo alas, en este instante hago; el fuego del que hablo dura poco, solo el hecho de su presencia es embriagante aún sabiendo de los defectos, de tu gran defecto, a remediar claro, no hay más. Pero si, sigues siendo fuego que amedrantado estuvo, por razón seguro estúpida, pero con peso de panorámica o más...Te das cuenta que no necesitas aditivos como la tortuga no necesita casa, a pesar de que unos se la quieran dar, tomas los adecuados como dicho animal se queda en su territorio, nada más. El fuego se va consumiendo, un ruido hace poner mi instinto en alerta para dejar de ser fuego y ser hielo, ese que lo hiela todo a su paso, como Caballero del Cisne.

Millonésima de segundo, que ni se cuanto es... y zas, una fragancia en forma de palabras me recuerdan que debo llegar al pico alto, petrificarme y esperar a sentir el fuego, el puro fuego del que he sido presa en esta noche para porqué no conseguir ser otra noche, Fuego.