Revista Diario

Fusa, el detén de claribel alegría

Publicado el 09 abril 2010 por Anabel
FUSA, EL DETÉN DE CLARIBEL ALEGRÍA
Antes de dejaros con las palabras de Fusa, permitidme deciros que, además de obsequiarnos
con una reseña, nos ha regalado tres poesías . Y es que el que está inspirado, lo está para todo. Muchas gracias Fusa.

El detén es un título -y un libro- que podría pasarse por alto sin problema: ¿qué es un detén, quién es esa niña de la portada, Claribel Alegría escribe novelas? Pero uno, ante esa edición de Lumen, vieja, gastada, comprada en un mercado de viejo, sabe que está ante una pequeña obra maestra. Es una historia breve y sencilla dentro de toda esa compresión de sentimientos que la hace profunda y amplísima. Karen, un personaje que físicamente sólo me ha acompañado tres días y tres viajes de ferrocarril, se ha grabado a fuego en mi mente: se esconde en mi cuerpo, huele como mi piel, se ríe en las bocas de la gente y se atreve con lo que no debe contarse, que es casi todo. Karen inventa y vive lo mismo que sufre y camufla: se encuentra en un colegio interno de monjas porque su madre, que se marchó con un tipo llamado Mark, no la llevaba a clase y la tenía totalmente dejada, obligándola a rozarse con el lado más oscuro de la vida, con historias que después Karen explota una y otra vez y ensancha para poder dormir por las noches. Se convierte en una niña envidiablemente descarada y precoz, una rebelde rodeada de niñas dispuestas a ser monjas de mayor y sacrificar todo lo que tengan para dárselo a Dios. Karen elige a una de las hermanas como consejera espiritual y la pervierte con la única arma que puede tener una adolescente: la imaginación, la palabra, su cuerpo. La lleva y la trae como hace con el lector, acercando su pasado como si fueran escenas sacadas de una película morbosa y dominguera. Claribel Alegría tiene una voz exquisita en esta novela y sabe cómo encoger el corazón de Karen que todos tenemos adentro, latiendo bajito, ensordecedor a veces. ¿Que qué es un detén? Un escapulario que silencioso dice: detente, Satanás, detente.

VOLATINERA O EXTRAÑO
Delante está Karen

mirando la jaula del pájaro
esperando que cante
que aprenda alguna palabra
como volatinera o extraño.
Está delante de la jaula
abierta como su corazón loco
y se apoya en la pared
cansada, aburrida.
Detrás está Mark con un
pájaro entre las manos
una infancia entre los dedos
apretando hasta ahogar
un canto, un llanto.
Delante estoy yo mirando
una jaula que nunca tuvo pájaro.
Detrás estoy yo con un
muñeco en las manos que
ha aprendido a decir cárcel.
KEY WEST
Mark escribe en el revés
de un talón sin fondos.
Está escribiendo el cuento
de la araña y se pregunta
si esta vez la bebida le hará
ser ese Mark que no gusta a nadie
ni siquiera a Karen:
que grita, que destruye
que cuenta la historia del ciempiés
pero brúscamente, pero feroz.
Mark se queda sin espacio
en el revés de un talón sin fondos
y no acaba nunca de escribir
el cuento de la araña,
por un momento piensa cómo sería
no estar borracho.
Mark huele a mi abuelo,
a cuando fumaba tabaco a escondidas
y todos hacían que no se daban cuenta.
Incluso yo.
EL DETÉN
Si vas a hablar para que nadie nos entienda
Karen nos va a oír.
Su padre le está hablando y ella dice:
se aprende más observando
a los caracoles que estudiando.
Lo dice, lo dice y su padre se maldice por dentro.
Si vas a hablarme sin que se sepa
Karen nos va a oír y no habrá vuelta atrás.
La madre superiora le está hablando y dice:
ya sé que prefieres andar descalza
por la playa que estudiar.
Lo dice, lo dice y la monja no alcanza
el cuerpo de Karen, ni su cabeza.
Si vas a hablarme con silencios debes saber
que Karen nos está siempre oyendo.
Y me preguntas:
¿quieres que nos asustemos, darling?
Pero yo ya lo estoy. Yo ya lo estoy.
Detrás: el padre, la monja y Karen.

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