GALA DE PREMIOS 35ª Ed. LA CONJURA DE LOS NECIOS de John Kennedy Toole

¡Bienvenidos a una nueva gala de El Tintero de Oro! Una celebración que en esta ocasión es doble, pues no solo servirá de anuncio de los ganadores del concurso de relatos, sino como presentación de un nuevo administrador del blog.Hablamos de alguien con una inteligencia superior, cuya visionaria comprensión de la sociedad solo es comparable con las dimensiones de su cuerpo. Un pensador y escritor que seguro elevara el blog a cotas de excelencia creativa inimaginables.¡Damas y caballeros! Recibamos con un fuerte aplauso al único, al inimitable, al genial… ¡Ignatius Reilly!

GALA DE PREMIOS 35ª Ed. LA CONJURA DE LOS NECIOS de John Kennedy Toole

Es para mí un placer, aunque no tanto como el que presumo para ustedes, dirigir los destinos de este blog que hasta este momento ha sido administrado por personas de tan buen gusto, vista la exactitud de los adjetivos proferidos hacia mi persona.
Son varios los motivos que me han animado a salir del retiro espiritual en el que durante años ha permanecido recluido mi pensamiento y mi obra. Que de entre las muchas ofertas me haya decantado por El Tintero de Oro ha sido un designio de Fortuna. Llevaba tiempo siguiendo este espacio, apreciando en él cierto atisbo de Teología y Geometría, un oasis en medio de este mundo entregado a los siete pecados capitales y al mal gusto de una manera obscena. Y es que no creo equivocarme si les digo que nuestro planeta a estas alturas debe tener sin duda una forma cónica cual infierno de Dante.
Sé que habrá quien piense que exagero. Yo le digo: al contrario, me quedo corto. Con suma tristeza y rabia, he observado impotente la degeneración en la que se ha sumido la sociedad tal y como mi mente preclara advirtió en su momento, pero, cual Casandra, fueron ignoradas mis advertencias. De ello he sido testigo en mis carnes, padeciendo la terrible experiencia de ver cómo mi propia pareja, Myrna Minkoff, se veía corrompida y arrastrada por la vorágine de putrefacción que nos rodea.
¡Dios sabe qué sacrificios tuve que hacer y qué pobres los resultados obtenidos! Al abandonar Nueva Orleans, debido a unas circunstancias que no es necesario recordar, encontramos en un barrio residencial, de esos que salen en las películas americanas, una casa abandonada pero inusualmente en excelente estado. Contaba con piscina, jacuzzi y jardín; sus habitaciones espaciosas y pulcramente decoradas se distribuían en dos plantas. A Myrna enseguida le sedujo el boato de la misma. Más adelante, un tipo malencarado y acompañado de agentes judiciales nos quiso hacer creer que dicha mansión era suya, mas no cedimos en lo que era un evidente intento de apropiarse de lo que Fortuna nos había concedido. No voy a entretenerles con este asunto, baste decir que la simple mención de que en la misma vivían niños vulnerables, una anciana con alzhéimer y, sobre todo, varios perros con distintas discapacidades lograron movilizar a un montón de comprometidos ciudadanos que consiguieron que el tipo malcarado dejara de molestarnos.
El caso es que mientras que yo veía en ese lugar un retiro apropiado donde —cual eremita en su cueva— pulir y conformar mi Corpus filosófico, en Myrna tuvo el efecto contrario. Poco a poco olvidó sus compromisos sociales e intelectuales. Bien es cierto que eran ridículos y equivocados, pero al menos se esforzaba. De repente le entraron ganas de esclavizar su existencia y se buscó un trabajo. Se excusaba con un argumento tan peregrino y vulgar como la necesidad de dinero. Yo, viendo los derroteros que ello iba a tomar, me sacrifiqué pasándome todo el santo día en el sofá, mostrándole la riqueza espiritual que ello proporcionaba, alternando la televisión con los febriles momentos de creatividad filosófica en los que transcribía mi visión del mundo en el cuaderno Gran Jefe.
    Mas ese sacrificio no la hizo recapacitar. Al contrario. Vertió sobre mí graves acusaciones de vagancia y dejadez que yo rebatía con lúcida argumentación, pero era como clamar en el desierto. Y es que el sistema esclavista cuenta con poderosas armas de seducción. Como la ropa. Conforme ganaba dinero, Myrna abandonó su habitual y excéntrica forma de vestir cayendo en la vulgaridad y el mal gusto que es lo único que ofrecen esos prostíbulos de confección que dicen vender ropa y no son más que atuendos novedosos contrarios a la decencia. Frente a eso, pensé en extremar mi compromiso con la naturalidad y sencilla belleza que ofrece un chándal, una sudadera y mi gorro de cazador. Vestimenta razonable y con la virtud de la comodidad, aún mayor cuanto más tiempo la llevas puesta y mejor se adapta al dibujo de tu cuerpo. Ella, en lugar de apreciarlo, me reprochó cosas como el olor, la suciedad y no sé qué más argumentario neoimperialista.
Ni qué decir que también le dio por la limpieza mal entendida. Pese a mis esfuerzos por rodearme de un entorno personal, que mostrara la extensión de mis pensamientos y necesidades, ella empezó a asfixiarme con lejía, detergentes y jabones. Escoba en mano, me amenazaba, me arrinconaba y profanaba mi templo lindado con latas de refrescos, envoltorios de magdalenas y galletas, restos de bocadillos y cuadernos Gran Jefe.
Sin embargo, lo que definitivamente me hizo ver el fracaso de mi intento por salvarla,fue el día que al abrir la nevera comprobé con horror la ausencia de carne, pizzas y fiambres. Pero el saqueo calórico no quedó ahí. ¡Por Dios! Solo rememorarlo hace que mi glándula pilórica se abra y cierre como la boca de un ahogado al que le falta el aire.  Frente a mí se mostraron toda clase de hierbas y vegetales, acompañados de productos incalificables en cuyos envases se mostraba de manera impúdica alertas sobre el colesterol, los triglicéridos, los Omega 3 y no sé qué más tonterías capitalistas. Ahí entendí que Myrna no solo se había convertido en otra persona, sino que además quería matarme.
Mas quiso Fortuna que la rueda de mi vida girara de nuevo hacia arriba y recibiera entonces la llamada de El Tintero de Oro ofreciéndome la dirección de este blog. En ese momento contaba con ofertas más suculentas, si bien el cartero no me las había entregado todavía. Así que casi muerto de inanición, envenado por esos preparados del diablo y servidos por Myrna, les propuse que me invitaran a unos perritos calientes. Mientras mi estómago recuperaba su saludable tamaño elucubré las enormes posibilidades de su propuesta. Me sentí como Pedro, imaginando esta página como la piedra donde construiría mi iglesia, así que acepte con la única promesa de que siempre hubiera un carrito de salchichas a mi disposición.
He querido hablarles de todo ello para mostrarles hasta qué punto mi martirio ha reforzado mis ya sólidas convicciones y mi determinación por cambiar el mundo desde esta plataforma virtual cuyo primer cambio espero no les haya pasado desapercibido.
¿Han visto la exquisita estética de la cabecera del blog? Sobra decir que el nuevo enfoque de esta página precisaba de un cambio en su denominación. Y para tan noble tarea he cedido gustoso mi propio nombre. Así que a partir de ahora será El Ignatius de Oro. La tachadura sobre la palabra Tintero no piensen que se debe a la desidia. Al contrario, es el resultado de una profunda reflexión artística con la intención de mostrar con precisión gráfica que entramos en una nueva etapa.
A partir de ahora, los retos se centrarán en mi obra, recogida en mis cuadernos Gran Jefe manuscritos. El blog servirá como la ocasión perfecta para conformar y estructurar en un corpus ideae coherente todo mi pensamiento y filosofía de vida acumulada durante las últimas décadas. Dado que mi válvula pilórica no me permite esfuerzos como teclear un ordenador, serán los anteriores administradores los encargados de transcribir los cerca de dos mil quinientos cuadernos Gran Jefe que tan amablemente se ofrecieron a traer hasta estas instalaciones. Sí, ya sé que es poco lo que les pido teniendo en cuenta la enorme valía y riqueza intelectual que aportaré, pero asumo con gusto la enorme carga y el extenuante trabajo de seguir componiendo mi pensamiento.
Esa será la primera parte dentro del ambicioso plan de cambiar el mundo. Toda revolución precisa de una referencia conceptual que dé solidez a su planteamiento, así que, establecidas las bases ideológicas del movimiento ignatiusiano, llegará el momento de pasar a la acción y ejecución de sus postulados en la vida diaria.
Para ello, les avanzo las primeras medidas que he preparado para el nuevo mundo:
1. Se lanzarán los móviles por el balcón. He pensado llamar ese momento como el Día de los móviles precipitados. Y es que nada mejor para golpear al Sistema explotador que desprendernos de su tótem sagrado, de ese aparato con el que recopilan todos y cada uno de nuestros hábitos, costumbres, contactos y, por supuesto, movimientos económicos. ¿Qué mayor acto de rebelión podría imaginarse? Para ellos, sería como si de repente todos los ciudadanos fuéramos anónimos.
2. Se dejará de acudir al trabajo.¿Por qué continuar con esta esclavitud? La única forma de romper el sistema es renunciar a seguir formando parte de su maquinaria. Por supuesto, no soy tan necio como para no pensar en alguna excepción, como los vendedores de perritos calientes y los médicos estomatólogos, dado que las dolencias en la glándula pilórica no pueden dejar de ser atendidas.
3. El chándal será la única prenda de vestir. ¿Por qué adaptar nuestro cuerpo a la ropa en lugar de adaptar la ropa a nuestro cuerpo? Se acabó la tiranía de la moda y los estereotipos. Todos vestiremos con la naturalidad y sencillez de un holgado chándal. Todavía no he madurado la necesidad de añadir un buen gorro de cazador, aunque es probable que para evitar que nuestras neuronas se enfríen se establezca algún tipo de sombrero.
4. Se amarán a sí mismos, tanto como puedan. La práctica onanista será obligatoria antes de salir de casa por la mañana. Una sociedad onanizada y desfogada es una sociedad feliz y capaz de afrontar las vicisitudes de la vida diaria con el alma relajada.
5. Se abstendrán del uso del dinero como medio de compra y venta.El principio del fin comenzó en el momento que abandonamos el trueque como medida comercial, con ello desapareció la nobleza en el ser humano y el orden teológico de las cosas, obligando a la prostitución y trata del ser humano, arrebatándole la posibilidad de una vida relajada y contemplativa.
    Estas medidas serán controladas por pequeños grupos que de momento llamaré los Ignatius Force. Ellos se encargarán de detectar a quienes cuestionen o contradigan los postulados de mi Constitutio Ignatiutationem. Por supuesto, nuestro nuevo mundo admitirá la crítica, faltaría más, pero es nuestra obligación hacerles ver, de manera educada, hasta qué punto están equivocados con un argumentario que les será proporcionado en este blog. Si persistieran en su actitud, obcecados en su error, se les señalará con implacable dedo acusador profiriéndoles a continuación cualquiera de los siguientes calificativos: negacionistas, comunistas, terraplanistas, fachas, machistas, feministas, reaccionarios, globalistas, revolucionarios, carnívoros, ecologetas, racistas, homófobos, homosexuales, antivacunas, tragacionistas, drogadictos, borregos, ultras, prorrusos, occidentalistas, sodomitas, radicales, etc. Será recomendable exclamarlos con voz grave e indignada, no exenta de cierta mofa condescendiente.
Y dado que el cambio no puede esperar, empecemos. El próximo reto consistirá en desarrollar el siguiente tema La influencia de Boecio en la coyuntura estratosocial derivada de la gentrificación del modelo digital como fuente de información. Con este ejercicio espero que… ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué llevan ahí? ¡Socorro! ¡Suéltenme!
Esto... interrumpimos la gala. Al parecer, un par de sanitarios han accedido al escenario con una camisa de fuerza tamaño XXXXL y se han llevado a Ignatius. Desconocemos quién los ha enviado.
  Seguiremos informando, mientras tanto vayamos con los relatos destacados de la presente edición.

MENCIÓN HONORÍFICA

DEL PUESTO DÉCIMO AL CUARTO

Os recordamos que este año la puntuación de cada relato tiene en cuenta, además, el número de participantes que lo han votado. 
10.Con 34,10 ptos. LA TIERRA ES PLANA, Y SE ACABÓ, de MJRU1Z. Ha sido votado por 10 participantes que le han dado un total de 31 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (0), 6 ptos (1), 5 ptos. (2), 4 ptos. (1), 3 ptos. (2), 2 ptos. (1), 1 ptos. (3)
9. Con 34,24 ptos. EL MONSTRUO QUE VIVE MUERTO, de Cynthia Soriano. Ha sido votado por 7 participantes que le han dado un total de 32 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (2), 6 ptos (2), 5 ptos. (0), 4 ptos. (0), 3 ptos. (0), 2 ptos. (1), 1 ptos. (2)
8. Con 38,15 ptos. DE POR QUÉ EL SEÑOR VIMBODI QUEMÓ EL CAJERO AUTOMÁTICO, de Beri Dugo. Ha sido votado por 9 participantes que le han dado un total de 35 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (1), 6 ptos (1), 5 ptos. (1), 4 ptos. (1), 3 ptos. (3), 2 ptos. (2), 1 ptos. (0)
7. Con 38,52 ptos.  FELICE EN PANDERETA, de Emerencia Alabarce. Ha sido votado por 7 participantes que le han dado un total de 36 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (0), 6 ptos (4), 5 ptos. (1), 4 ptos. (1), 3 ptos. (1), 2 ptos. (0), 1 ptos. (0)
6. Con 45,10 ptos.  LA PAJA EN EL OJO AJENO, de Francisco Moroz. Ha sido votado por 10 participantes que le han dado un total de 41 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (1), 6 ptos (1), 5 ptos. (4), 4 ptos. (1), 3 ptos. (0), 2 ptos. (1), 1 ptos. (2)
5. Con 49,28 ptos. UN TIPO CON SUERTE, de Marta Navarro. Ha sido votado por 12 participantes que le han dado un total de 44 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (1), 6 ptos (0), 5 ptos. (2), 4 ptos. (3), 3 ptos. (3), 2 ptos. (3), 1 ptos. (0)
4. Con 52,80 ptos.  CINE MUY AFICIONADO, de Isabel Caballero. Ha sido votado por 10 participantes que le han dado un total de 48 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (2), 6 ptos (2), 5 ptos. (2), 4 ptos. (1), 3 ptos. (2), 2 ptos. (1), 1 ptos. (0)

¡Y este es el PODIUM de ganadores!

Con 57,12 ptos, se lleva el TINTERO DE BRONCE el relato LAS EXCENTRICIDADES DE ROQUE, escrito por Octavio. Ha sido votado por 12 participantes que le han dado un total de 51 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (2), 6 ptos (2), 5 ptos. (3), 4 ptos. (0), 3 ptos. (2), 2 ptos. (1), 1 ptos. (2)

Enhorabuena a Octavio por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog, la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
Con 71,30 ptos, se lleva el TINTERO DE PLATA el relato EL PENÚLTIMO TRAGO DE UN ESCRITOR MALDITO, escrito por Pedro Merchán. Ha sido votado por 15 participantes que le han dado un total de 62 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos. (5), 6 ptos (0), 5 ptos. (1), 4 ptos. (3), 3 ptos. (0), 2 ptos. (4), 1 ptos. (2)
Enhorabuena a Pedro por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog, la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
Y con 126 puntos, el TINTERO DE ORO de la 35ª Edición dedicada a La conjura de los necios de John Kennedy Toole corresponde al relato ¿QUÉ HORA ES? escrito por Pepe de la Torre.

Este relato ha sido votado por 20 participantes que le han dado un total de 105 votos distribuidos de la siguiente manera: 7 ptos (7), 6 ptos (3), 5 ptos. (3), 4 ptos (3), 3 ptos. (3), 2 ptos (1), 1 ptos (0). Enhorabuena a Pepe por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog y la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
Y con esto despedimos el certamen dedicado a John Kennedy Toole y La conjura de los necios. Gracias a todos los que lo habéis hecho posible con vuestras lecturas y, por supuesto, a todos los autores que habéis regalado vuestro talento e imaginación a esta iniciativa.
    Podéis disfrutar de todos los relatos y participaciones de la presente edición en el siguiente enlace:

Clica en la imagen para leer todas las participaciones

¡Saludos tinteros!