Y nos pusimos al lío, venga amasar y venga pringarnos, ¡Qué felicidad!
Y el resultado, caos en la cocina aparte, ha sido muy bueno, estas galletas saben igual que las "lenguas de suegra" esas galletas o casi cocas italianas que sirven para acompañar quesos.
Las hemos aromatizado con semillas de amapola, con savia (las mejores, en mi opinión) con romero, con sal rosa y con queso (las mejores, según los pinchitos de cocina) . Nos lo hemos pasado en grande cocinando juntos y ellos han estado muy orgullosos de preparar parte del aperitivo del domingo.
Aquí va la receta.
Ingredientes
- 260 gr. de harina
- 60 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de sal (y yo le puse también un polvo de sal ahumada)
- 1 cucharadita de azúcar
- 160 de leche
Preparación:
Mezclamos la harina con la sal y el azúcar y le hacemos un hueco en el centro donde ponemos la mantequilla y la leche y amasamos hasta que nos quede una masa tipo pizza.
Formamos una bola y la dejamos reposar en la nevera unos 15 minutos, tapada con papel film
Enharinamos bien la encimera y estiramos la masa con ayuda del rodillo.
Cortamos con un cortapastas o con un cuchillo y lo horneamos unos 8-12 minutos hasta que estén doraditas pero no quemadas.
Yo las he puesto a enfriar en una vaporera de bambú, que tenía olvidada en el fondo de un armario de la cocina, que de paso me ha servido de fuente de presentación, pero vale con enfriarlas en cualquier rejilla.
Contarme que os parece vale? No hace falta decir que mi blog se alimenta de vuestros comentarios no?
Ser buenos.