Revista Diario

Goteo de tinta

Publicado el 19 octubre 2010 por Susanam
Siempre quedan tantas cosas por decir. Tinteros llenos que ahogan palabras atragantadas por el miedo o por la falta de oportunidad de salvarlas del hundimiento.
Planificamos conversaciones sin llegar a darles forma oral, o lo que es peor, se nos ocurren brillantes contestaciones cuando la conversación ha pasado.La inspiración de una buena argumentación nos llega a través de un acontecimiento, de un movimiento, de un sentimiento que te descompone por dentro. Una avalancha de palabras comienza a agolparse en tu garganta, que resulta perfecto ensayado frente a un interlocutor onírico, siempre atento y que incluso, a veces, interactúa contigo de tal forma que te da el pie adecuado al resto de intervenciones que meticulosamente estás ordenando. Y es que delante de ese ente imaginado todo es más fácil, nada se olvida, nada en el tintero por escribir.Elaboramos hermosas estrofas, pero que llegamos a olvidar por no tener un boli o un teclado cercanos. Cuando llegamos a escribirlas para que la memoria no nos falle, puede cruzarse un evento inesperado que cambie nuestra postura, y que tanto lo bueno como lo malo se ahoguen a propósito en el tintero. Y en el caso de llegar a decir esas ensayadas oraciones, suelen quedar a kilómetros de distancia del original, aunque, eso sí, se pueda leer entre líneas esas intenciones iniciales, y entonces sea este mermado discurso suficiente para que nuestro interlocutor interprete su significado completo original, sobrándonos tinta para los escritos posteriores.

Volver a la Portada de Logo Paperblog