La caja de ¨pre¨

Beatriz Benéitez Burgada. SantanderTengo una conocida a la que muchas veces le pasan cosas curiosas. Además, es bastante despistada, y siempre te habla de cosas que no sabes, como si tú supieras perfectamente a lo que se refiere. En una ocasión, hablando de unos objetos que quería quitar de casa, le sugerí que los regalara a quien los pudiera necesitar. Y ella me dijo: ¨No, eso quizá lo haga más adelante, de momento irá todo a la caja de pre¨. Al cabo de un tiempo, no recuerdo en qué conversación, volvió a hablar de la misma caja. Y en lugar de pasar de largo, pregunté: Pero Amparo, ¿Qué es la caja de pre? Entonces me lo explicó. Resulta, que todas las cosas de las que decide deshacerse -ropa, fotos y objetos de lo más diversos- no son efectivamente tiradas, sino que pasan a una especie de antesala, llamada la caja de pre -tirar-. Cuando me lo contó, me rei y pensé ¨cosas de Amparo¨. Pero lo cierto es que, aún sin disponer de una caja como la suya, a todos nos cuesta mucho deshacernos de nuestras cosas.
Piensas que tienes demasiada ropa que no te pones. Te planteas vaciar el armario. Lo abres y empiezas a mirar. Este traje no me lo pongo desde hace tres años; pero igual la temporada que viene vuelven a llevarse. Esta falda, no me vale; pero me he puesto a régimen. No la voy a quitar, porque si adelgazo, no voy a tener nada que ponerme. Este abrigo no me lo pongo nunca, pero le tengo cariño, y este pantalón no le voy a dar, porque me lo regalo nosequién. Media hora repasando prendas y, al final, más por vergüenza torera que por otra cosa, quitamos dos camisetas y un jersey. La única posibilidad real de eliminar prendas de tu armario es hacerlo sin pensar. Dejar la mente en blanco y ejecutar como una máquina de la limpieza. Si no, no hay nada que hacer. Las mudanzas merecen capítulo aparte. Siempre aparecen muchas más cosas de las que recordamos: libros, apuntes antiguos, jarrones que escondimos porque nos dejaron de gustar, accesorios... y un larguísimo etcétera. Yo, como supongo que casi todos, soy consciente de que no necesitamos tantas cosas, pero por alguna razón que desconozco, acumulamos objetos sin fin. Por suerte, hace mucho tiempo que sé con certeza que puedes ayudar a otras personas con muchas de las cosas que por la razón que sea ya no utilizas. Y aún así... me que da camino por andar.