Beatriz Benéitez Burgada. SantanderEspaña entera se ha movilizado ante la ola de frío y nieve que llega desde la helada Siberia. Estamos en alerta naranja y nieva incluso en la costa. En este país no estamos acostumbrados a los excesos climatológicos, si exceptuamos alguna ola de calor en el verano andaluz. Situaciones que en cualquier país nórdico son el pan nuestro de cada día, aquí suponen estados excepcionales. Despliegue de dispositivos que garanticen nuestra seguridad, recomendaciones en todos los medios de comunicación, niños sin clase por la suspensión de servicios de transporte escolar, miles de toneladas de sal en las carreteras, palas quitanieve, puertos de montaña cerrados, precauciones y más precauciones. La primera vez que pude ver y tocar la nieve, o al menos que lo recuerde, tenía siete años. No hubo cole y para nosotros fue un día de fiesta. Bien abrigados bajamos con todos los vecinos a hacer guerra de bolas de nieve y muñecos con botones en los ojos y zanahoria en la nariz. Aún recuerdo la sensación de sorpresa al darme cuenta de que la nieve estaba fría. Lo cierto es que esta ola de frío, que confiamos en que no cause daños personales –que es lo único que de verdad importa-, le ha restado protagonismo a la otra noticia importante del día que, una vez más, aparece teñida de color negro: Las cifras de desempleo. El mes de enero ha finalizado con 4,6 millones de parados, lo que supone un aumento del 4% respecto a diciembre de 2011, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Una noticia más que alarmante. Seis meses consecutivos de incremento. Urge reaccionar antes de que todo siga desmoronándose a nuestro alrededor. No cabe duda de que la Reforma Laboral es más urgente que nunca. Porque si bien cambiarán las condiciones de contratación y despido para los trabajadores, es imprescindible que los empresarios que consiguen mantener a flote sus empresas -y también los emprendedores- pierdan el miedo a contratar.
El senador italiano Mario Monti dijo ayer, dirigiéndose a los jóvenes, que tener un trabajo fijo es aburrido. No me extraña que las reacciones ante estas declaraciones hicieran que las redes sociales parecieran un hervidero. Más aún viniendo de un Senador vitalicio. Una vergüenza.