Revista Diario
Hace unos días surgía en las redes el controvertido comentario de un señor (a quien por sus palabras considero bastante mayor de edad) en el que dejaba claro su postura ante la reiterada utilización de algunas escritoras de fotos de hombres con poca ropa, los llamados «buenorros». En él expresaba su repulsión al ver estas fotos y colocaba a la mujer en el pedestal más bajo del suelo… lo que lo convertía en un misógino machista. No reproduciré sus palabras aquí por auténtica vergüenza, pero sí que me produjo cierta mala sensación con respecto a este tema. ¿Realmente se consigue vender los libros través de este método publicitario? ¿No será, por el contrario, lo que haga que la Romántica esté en entredicho? ¿No colocará a sus autores y lectores en esa lista de los pocos «serios» por considerar la Romántica un género menor?
Cada día son decenas las fotos que me encuentro así al dar los buenos días. Algunas con mejor gusto que otras, ya que no se quedan en solo un chico guapo sin camisa, si no que van más allá… —dejo a tu libre imaginación la idea de esas imágenes— y sigo dándole vueltas a la cabeza al mismo tema, ¿no serán esas actitudes lo que en realidad impide la mejor aceptación de este género? Considero que lo que hay que vender es la historia del libro, no el cuerpo de un macizo con el que se pretende llamar la atención, provocar, mediante la publicidad, ciertos sentimientos y emociones que conduzcan al lector hasta la librería para comprarlo. No nos olvidemos que lo que se trata de vender es una historia Romántica ESCRITA, no un fotograma que incita a pensar en una película de serie B con escenas «eróticas» incluidas. No es cuestión, tampoco, de ser retrógrado o una persona liberal o moderna, si no más bien del buen gusto y mejor estilo, de ello, creo, que dependerá tu éxito...
Tengo la certeza de que tu primer pensamiento a leer esta opinión será: «si no te gusta lo que tengo en mi muro, bórrame». Y, sí, tienes toda la razón, y posiblemente lo haya hecho o no… pero desde aquí me gustaría que te plantearas esta reflexión y pensaras un poco sobre todo este hecho. No se trata de no compartir lo que se quiera, cada uno es libre de hacerlo en sus lares, pero tal vez sea el motivo de que tus novelas no llegan más que a unos pocos. Tal vez la publicidad que estas utilizando se convierta en tu peor enemigo.
¿Qué opinión tienes acerca de esto? Como lector, ¿qué capta tu atención a la hora de comprar un libro? Como escritor, ¿qué otros planteamientos se te ocurren para llegar a más público?