El lunes estuve en la reunión del colegio donde estudia mi hijo. El Centro tiene la sana costumbre de convocar a los padres a principio de curso y hacer una presentación formal de los profesores que van a darles clase, de los tutores que atenderán nuestras preguntas y, en general, de la dinámica diaria y las novedades de la etapa que empieza.Primero estuvimos cada cual en la clase que nos correspondía, viendo con nuestra propia perspectiva el lugar exacto donde nuestros hijos pasan las horas y amasan la vida fuera de casa, esa vida que están empezando a estrenar con conceptos nuevos, con cambios de vocabulario e incluso de voz; y luego, agrupados por ciclos, nos estuvieron hablando de normas de convivencia y exigencias curriculares.Mi marido, que por circunstancias laborales no puede acudir a menudo a esas citas, se quedó en algunos momentos prendido del escenario que nos rodeaba y no pudo evitar comentarme en voz baja cómo de distinto era el recuerdo que él tenía de lo que había sido su etapa de colegio.Y es que la verdad, esas clases con pizarras digitales en las que el profesor puede utilizar miles de recursos audiovisuales para captar la atención, esos ordenadores personales con los que los alumnos trabajan utilizando internet que ya no es el futuro sino el presente...todo contribuye a hacer del colegio una ventana abierta al mundo, desde cuyo pretil los profesores tienen la dura tarea de irles enseñando a conjugar verbos, a despejar los paréntesis, a participar en un blog y a ser solidarios.Por todo eso, me da mucha pena oír hablar de recortes en la educación, me duele saber que empieza a darse marcha atrás, y que todo este esfuerzo que ha costado ponerse al día y convencer tanto a maestros como a padres que eran reticentes a la modernidad, va a quedar en aguas de borrajas, cuando sólo hay que tener un poco de interés en las noticias para ver que en eso de que la educación en nuestro país es malísima y el nivel muy bajo hay mucho de desánimo y no poco de mito, y que Andalucía está dando al mundo importantes avances en Investigación a los que no se les hace nunca la suficiente propaganda.Pues yo tengo que decir que a mí me gusta el "cole" en el que ya termina la primaria mi hijo. En él los niños tienen un aspecto mentalmente muy sano. Es un lugar abierto, donde siempre cuentan con la colaboración de los padres y donde los que se van, siempre vuelven.Ojalá la crisis se arregle tan pronto que no de tiempo a que se estropee todo. Ojalá no tengan que pagar con su futuro los platos rotos de otros.Desde aquí, va mi agradecimiento a la Comunidad Educativa del Colegio en el que estudia mi hijo por el interés compartido en hacerlo crecer como ser humano. Como dice la canción ellos "y mi canto saben a quien nombro tanto".