Revista Diario

La tarde de ayer

Publicado el 03 octubre 2014 por Mamenod
La tarde de ayerLa tarde de ayer fue importante para mí.Tuvo todos y cada uno de los ingredientes necesarios para que la receta saliera...no voy a decir perfecta, porque me faltaron en el acto muchas personas que sé que querían estar de corazón, y que por circunstancias o "lejanías" no pudieron; pero creo que puedo decir maravillosa, emotiva...en definitiva, preciosa. No hubo prensa, boato, trajes de chaquetas azul boda, ni sonrisas ensayadas. Pero tampoco hicieron falta. Me sentí totalmente arropada y completamente acompañada por aquellos que quisieron o que pudieron estar. Eran muchos, y todos entonaron un hermoso canto al cariño, a la familia, a la amistad.Hoy me siento en ese estado extraño de resaca que se apodera de ti después de los eventos, con la felicidad absoluta de que todo saliera bien, pero con la tristeza de lo intenso del momento, de la cantidad de emociones vividas en un tiempo tan corto, que temo que quizás me dejé a alguien sin querer en el camino, o no agradecí lo suficiente, como hubiera deseado, el placer del rato compartido.Hubo una anécdota que debo contaros porque os toca muy de cerca a todos los que os pasáis de vez en cuando por aquí. Manolo Romero Oliva, profesor de la Universidad de Cádiz y amigo desde que su hermana y yo nos sentábamos a estudiar en la mesa camilla de su casa, empezó la presentación obsequiándome en público con una bandejita de pasteles. "Ahí los tienes", me dijo en el salón noble del Centro de Congresos de mi ciudad. "Ahora pon tú el café, como prometes en el blog", añadió sonriendo, haciendo referencia a esa frase que os dejé por aquí donde dice "Soy la que pongo el café. Los pastelitos, traedlos vosotros". Sonaron muchas risas que no dejaron que se oyera mi voz. Por lo bajo me prometí, Lolo, que a la siguiente te llevo un termo....ja,ja.A partir de ahí, qué os voy a contar de las emociones. Se arremolinan todas y cada una de ellas delante de mis ojos y  en lo más profundo del corazón. Se suben a la garganta, eh? Se asoman al borde de la sonrisa en un equilibrio difícil de mantener. Qué curioso, ayer me presenté ante vosotros como una escritora y hoy estoy aquí, sintiéndome incapaz de conjugar verbos y dibujar palabras.Gracias, de nuevo, por todo.Bueno, no lo he dicho... es que ayer presenté por primera vez "El suave olor de las magnolias".La tarde de ayer

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